Un grupo de jóvenes ex-militares se enfrentan a un apocalipsis; Antártida que así se llama donde viven ellos, será un nombre legendario para muchos.
No sólo por su gente si no también por su ambiente.
Así que aprovecha y diviértete un rato con los f...
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⟨Cruel⟩
Han pasado unos cinco meses desde el disparo que le dieron a Ivy.
Ella por suerte está mejor, pero yo aún así quiero venganza, no solo por lo que la hicieron, sino porque algo me dice que ese hombre me traerá muchos problemas.
Los sabuesos pudieron recopilar información sobre él, pero aún así no se me hace bastante.
Solo sabemos que el líder se llama Negan, tiene un bate que se llama Lucille, que se llama así por su antigua esposa muerta y que viven en una comunidad llamada Santuario.
Tiro con rabia los papeles que tengo en mi escritorio.
Llevamos cinco meses para recolectar la suficiente información de ellos...pero nada, absolutamente nada, solo sabemos cosas que son sin importancia y eso hace que me ponga de los nervios.
Salgo al exterior siendo seguida por dos guardias.
- Quiero que llaméis a los desertores y a los sabuesos, nos vamos de excursión - ordeno a uno de ellos, éste asiente y se separa de nosostros.
Ando sin pararme hasta llegar a mi destino; las puertas principales.
- Tú - digo llamando la atención del otro guardia - quiero que traigas todo lo necesario para hacer una misión de alto riesgo - le ordeno de igual forma.
Coje con mayor fuerza su pistola, me asiente con la cabeza y se va por el lado contrario de su amigo.
Bufo de cansancio y me apoyo en la pared.
Espero unos treinta minutos y ya tengo todo lo ordenado enfrente de mí.
- Bien - digo en alto llamando la atención de los dos grupos, éstos se ponen firmes y con las manos en la espalda - quiero que os equipeis bien, hoy vamos a recopilar más información sobre los del santuario, así que quiero que os toméis esto con total seguridad - informo mientras me coloco un chaleco antibalas.
Cuando ven que no voy a hablar más ellos empiezan a coger las cosas que hay en el medio haciendo lo que yo les había dicho; equiparse.
Le hago una señal al guardia de las puertas y éste las empieza abrir.
Antes de que salgamos los fly vienen a mí corriendo.
- ¿A dónde vais? - me pregunta Valentina confundida.
Ladeo mi cabeza.
- A recolectar información, os quedáis a cargo - les digo para volverme a girar.
Pero soy nuevamente parada.
- Tenemos que ir contigo - dice con seguridad Ivy.
Niego.
- No, os necesito aquí - les ordeno.
Algunos ponen algunas nuevas pero finalmente asienten.
Ahora si, empezamos a cruzar el campo con cuidado de no caer en alguna de nuestras trampas, cuando llegamos al bosque me giro encarando a los del grupo.
- Vale, quiero que tengáis cuidado, los desertores irán conmigo mientras los sabuesos vais a ir tanteando terreno, cualquier cosa quiero que me la digáis por el walkie - ordeno señalando a éste, el cual está en mi cintura.
Todos asienten.
- Si nos encontramos el santuario, ¿entramos? - me pregunta Matinex, soldado de los sabuesos.
- No - digo con voz dura - me hablaís por el walkie, no os quiero poner en peligro - aclaro.
Miro hacia todos para ver si hay más preguntas, al no verlas, nos separamos.
Al cabo de una dos horas quito con frustración una rama que me impedía el camino.
- Estoy cansado - dice Tom exasperado.
Justo cuando dice eso una bala pasa rozando su brazo.
- ¡Mierda! - grita éste haciendo presión en la herida.
- Todos abajo - ordeno.
Ya en el suelo cojo mi fusil de francotirador y por la mirilla busco al causante de herir a mi compañero.
Me cuesta un poco encontrarlo porque el hijo de puta está bien escondido y camuflado.
Decidida le disparo, haciendo que su cuerpo caiga en un fuerte sonido.
Me levanto del escondite en el que estoy y me dirijo a Tom.
- ¿Estás bien? - le pregunto cogiendo con cuidado su brazo.
- Creo que voy a morir - me exagera mientras pone su mano en la frente.
Subo la manga, encontrándome un pequeño corte en el lado exterior.
Le pego un zape haciendo que éste se agarre la cabeza.
- ¿Eres idiota? Casi me da un infarto - le informo colocando mi mano en el pecho.
Todos los del grupo se ríen hasta que me ven a mi con cara de pocos amigos.
- Vamos, debemos de analizar al sujeto, puede que sea alguien del santuario - digo mientras me voy dirigiendo al cuerpo.
Ellos tardan unos segundos, pero al final siguen mi paso.
