|• Capítulo 22

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⟨Hielo⟩

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⟨Hielo⟩

Rick intenta dar marcha atrás pero no puede porque nos han rodeado.

- ¿Qué hacemos? - pregunta Glenn.

Agarro mi mochila y mis armas y salgo afuera antes de que los zombies lograsen acercarse al coche.

Apuntó con mi fusil y empiezo a disparar a todos los que lograsen acercarse.

Oigo las puertas abrirse para luego seguido ver a Sales y Arthur hacer lo mismo que yo.

Desconfiados el grupo de Rick menos Glenn bajan del coche.

Cuando solo quedan unos tres zombies, saco mi bate y les parto la cabeza en dos.

Me subo de nuevo al coche sin decir nada, esperando a que el arquero y Rick terminasen de hablar para poder volver a retomar el camino a mi comunidad.

Por fin lo hacen y yo vuelvo a recostar mi cabeza en el cristal.

Arthur se cambió con Glenn así que ahora él es el que está a mi lado.

Me coge del pelo y empieza a jugar con él, siendo seguido por la mirada de Daryl.

Cierro mis ojos intentando dormirme pero un galón hace que no pueda conseguir lo planeado.

Me quejo y miro a Arthur con mala cara.

- ¿Qué coño te pasa? - le pregunto enfadada.

- A sido sin querer, fue él - dice señalando al arquero - me empujó e hizo que te tirará del pelo -

Suelto un bufido y tiro mi cabeza hacia atrás.

¿Por qué me toca estas cosas a mí?

El resto del camino lo pasamos en silencio.

Rick aparcó donde antes estaba aparcado el coche y baja.

Después de él nosotros hacemos lo mismo.

Me estiro ya pisando suelo, y me junto a los habitantes de la comunidad, los cuales están comiendo.

Me siento en una mesa donde están los mismos viejos con los que jugué a las cartas.

- ¿Qué tal? - pregunto sentándome con mi plato de comida.

- Mal - responde Jefferson - He perdido veinte euros jugando a las cartas - me dice con una mezcla de enojo y tristeza.

- Normal, sabiendo como juegas - le pica Mail.

Los dos se cogen de los pelos que tienen y empiezan a pegarse.

- ¿Qué estáis haciendo? - digo de lo más tranquila, intentando aguantar una carcajada.

- Déjalos, son unos críos - me dice Sara.

Asiento estando de acuerdo con ella.

Después de que ese calentón pasase, ellos se vuelven a sentar comiendo de nuevo.

- ¿Con quien los perdiste? - le pregunto interesada.

- Con Esteban, ese narco es la ostia - me dice tomando su jugo de naranja.

Asiento y me levanto de la mesa.

Me dirigo a la mesa de Esteban y me siento en ella.

- ¿Qué tal? - pregunto desinteresada.

- ¿Bien? - responde desconcertado.

- Te reto - aviso.

- ¿Me retas a qué? - dice él poniéndome más interés.

- A las cartas, 40 euros - le respondo.

Se lo piensa y acepta.

Ahora preguntaréis, ¿para que quiere alguien dinero en medio de un apocalipsis?

Fácil, a varios motivos en la comunidad.

El primero son las máquinas, la gente es adicta a ellas, el segundo es comprar cosas indebidas como alcohol, drogas etc... Y otras son solo para mantener algún momento del pasado en nuestras memorias, como las cartas o el fútbol.

Sin embargo el pobre Jefferson me cae muy bien, así que recuperaré sus veinte euros, más una propinilla para mí.

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MACABRA™ ✓ -DARYL DIXON-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora