ONE SHOTS [HENRY CAVILL]

33°_Walter Marshall

Advertencia: sexo posesivo, sexo rudo, palabras subías de tono, Dom/sub

Título: sobreproteger

Pov: lector@

Si hay algo que odio, es colarme en mi maldita casa por la noche como si fuera una mocosa adolescente. Eso es lo que me hace el matrimonio con Walter Marshall. De acuerdo con su filosofía profunda, todos los hombres son buitres y solo esperan el momento adecuado en el que estoy fuera de su vista.

Sí, solo está siendo protector. ha visto cosas que ni siquiera puedo imaginar, pero está exagerando y si cree que voy a vivir mi vida atrapada en casa bajo su vigilancia, está delirando.

La casa está oscura y serena cuando entro. El viejo gruñón ya está en su oficina, trabajando en un caso o durmiendo. Cuelgo las llaves junto a la puerta y me quito las botas en silencio antes de entrar de puntillas en la sala de estar.

Entonces es cuando se enciende la pequeña lámpara de la sala.

“¡mierda!”.

Walter se sienta en el sofá con una mirada poco impresionada en su rostro tosco. Ni siquiera está en su pijama todavía, vistiendo su suéter negro característico y jeans azules con las piernas abiertas perezosamente. Cruza los dedos, apoyando los codos en el reposabrazos.

"¿Sabes que hora es?"

Sinceramente, perdí la noción del tiempo, pero cuando salí del bar ya eran alrededor de la 1:30 am. Le doy una sonrisa tímida mientras me quito el abrigo de invierno y lo coloco en nuestra percha. 

"¿Ya es tarde?"

Muerde el interior de su mejilla, una de sus cejas se levanta para mostrarme que no está exactamente emocionado en este momento. Lo juro, este hombre parece gruñón incluso en las fotos de nuestro álbum de bodas. Suspiro, caminando hacia él.

“Cariño, no soy una de tus jóvenes indefensas, soy una mujer adulta e independiente que puede valerse por sí misma”

“¿Tienes idea de cuántas mujeres son secuestradas, violadas o asesinadas todos los días? Ni siquiera te molestaste en enviarme un mensaje de texto". me regaña mientras se levanta del sofá, pasando una mano por sus largos y gruesos rizos. Todavía tiene su placa y esposas colgando de su cinturón. Me pregunto si simplemente me esperó así desde el momento en que llegó a casa.

Él me mira mientras me acerco más a la luz, sus ojos hacen una rápida observación de lo que estoy usando. Un mini vestido ajustado negro y medias negras transparentes.

"¿Dónde estabas?" Cuestionó, su mano se mueve para acariciar su espesa barba mientras observa mi apariencia. Su rostro es una extraña mezcla de admiración e irritación.

Debería haber sabido que casarme con un detective de la policía iba a ser todo un problema.

Pongo los ojos en blanco y camino hacia la cocina, sirviéndome un vaso de agua. “En el bar, del que le hablé esta mañana, detective”