ONE SHOTS [HENRY CAVILL]

21_Sherlock Holmes

Advertencia: obscenidad, Dom/sub, nada que preocuparse...creo

Título: conoce tu lugar

Sorry si hay falta de ortografía o una palabra fuera de lugar.

Sabías que no eras una buena actriz, Sherlock también. Y ahora, también lo sabía Marshall al que intentabas acercarte mientras te hacías pasar por prostituta en cierto pub con áreas privadas en la parte de atrás. Sabías que era importante para el caso actual de Sherlock y querías ayudar. En parte porque tenías tus propias ambiciones de convertirte en una especie de detective pero sobre todo porque querías impresionar a Sherlock y volverte importante para él. En más de un sentido

Cuando tu madre lo contrató después de que tu padre desapareció hace unos años, te enamoraste de él en el momento en que cruzó la puerta de tu casa. Habiendo tenido apenas 18 años cuando lo conociste, un hombre famoso en sus 30, estabas segura de que ni siquiera llamarías su atención. Pero no sabías que se había encariñado contigo, y le divertía tu mente aguda y los comentarios ingeniosos que rara vez te atrevías a hacer en el poco tiempo que pasó contigo mientras trabajaba en el caso de tu padre.

Solo 2 años después, te permitió que lo ayudaras con sus casos después de que expresaras la necesidad de convertirte en detective y realmente vio potencial en ti. Sí, te permitió ayudar, pero ciertamente no en la medida en que te habías encontrado en esta situación.

Realmente no sabías lo que estabas haciendo. Eras virgen por el amor de Dios y ahora estás tratando de seducir a un hombre que visitaba esos lugares con frecuencia, poniéndose muy hábil contigo. Solo querías que hablara, sacar la información necesaria de su cerebro y salir corriendo, pero Marshall no cooperó en nada.

No solo vio a través de tu farsa, sino que también quería lo que vino a encontrar aquí, un cuerpo cálido para satisfacer sus necesidades.

"¡Para! ¡Suéltame!”, gritaste, pero él era demasiado fuerte. Sentiste que la tela de tu vestido corto se rasgaba antes de escucharlo. Pataleaste y gritaste, pero fue inútil.

Al momento siguiente, escuchaste un golpe sordo y luego el cuerpo de Marshall se derrumbó sobre ti. Luchaste para apartarlo de ti y luego lo viste. Sherlock estaba de pie en la puerta abierta, su bastón en la mano. Debe haberlo usado para golpear al Marshall en la nuca.

La mirada severa de Sherlock recorrió tu cuerpo semidesnudo, el vestido casi hecho trizas. Sin decir una palabra, se quitó el abrigo largo y te lo entregó. Volviste a ponerte de pie y lo tomaste, deslizaste tus brazos y lo envolviste alrededor de tu cuerpo. Inmediatamente fuiste envuelta en su olor, el calor de su cuerpo todavía almacenado en la tela del pesado abrigo.

Solo le lanzaste una mirada rápida, notando lo enojado que estaba contigo, antes de mirarte los pies. No necesitaba decir una palabra más; cuando se fue, tú  seguiste su ejemplo