Advertencia: infiel, sexo rudo, hablar sucio.
Disculpen si hay falta de ortografía
En cuanto vino hacia a ti amenazante, tu cuerpo reaccionó al igual que tu cerebro, saliste corriendo lo más rápido. Sentías la adrenalina corre por tu cuerpo como shock, tus piernas daban todo por subir las escaleras mientras que tú respiración se volvía más pesada. Te detienes en la puerta de tu habitación, casi tumbaste la puerta con tal de estar adentro y segura.
Tragaste saliva cerrando los ojos, recargaste tu frente en la puerta sintiendo el sudor escurrir incluso podías escuchar los latidos de tu corazón en tus oídos. Pusiste seguro y jalaste el pequeño sillón que estaba a lado de tu cama poniendo obstáculo en la entrada.Estaba temblando, de miedo no pero si de emoción, lujuriosa pecadora, no te sentías mal por pensar de tu propio tío de esa manera más el saber que él también te desea.
Es un dulce tentación que no quieres caer.
Tomas tu teléfono buscando en tus contactos a Mark, tal vez pueda ayudarte y sacarte de aquí.
"Hola"
"Mark, cariño. ¿Puedes venir por mi?"
"¿Sucede algo amor?"
"Para nada, solo que mis padres no están y quiero verte, pasar tiempo contigo". Tratas de no sonar nerviosa e insegura
"Es muy lindo de tu, yo también quiero estar contigo. Estaré allí en 20"
"Te espero amor".
Cuelgas arrojando tu celular en la cama, tomas tu mochila sacando los libros, vas a tu armario para sacar ropa metiéndolo en la mochila. Por supuesto que no ibas a pasar la noche en tu propia casa, tienes miedo de ti misma porque en cualquier momento abrirás la puerta y dejar que August haga lo que él quiera con tu cuerpo. Sueltas un suspiro cansado, de repente todo te daba vuelta, tu visión empezó a ponerse borrosa, soltaste la mochila dejando caerla al suelo.
Con cuidado caminas hasta caer en tu cama, sabes que no es un ataque de ansiedad, alguien está detrás de tu repentino sueño.
Y todo se volvió oscuro.
[...]
August estaba esperando pacientemente a que bajarás y cuando lo hagas no abra lugar donde puedas esconderte. Podrá hacerte las cosas que siempre soñó, tenerte a su merced debajo de su cuerpo.
La sola idea de eso, ya lo está poniendo duro, podría visualizar tus hermosos ojos llenos de lágrimas de placer mientras él se entierra profundo en ti. Soltó un gruñido al escuchar el timbre de la casa, dejo su copa en la mesa de cristal que está en medio de la sala.