Carlysle
Luego de llegar a casa había intentado descansar, pero simplemente no podía. Hacia tanto tiempo de la última vez que hacía hecho algo para relajarme que ya no recordaba en realidad que hacer.
Terminé trabajando un poco revisando documentos y demás hasta que la luna brillaba en la negrura de la noche.
Cuando baje a cenar mamá ya había llegado, así que cenamos juntos; todos los demás ya habían cenado, aunque probablemente el único que no probó bocado fue Aidan.
Sin darle mayor importancia cené con mamá mientras comentábamos nuestro día.
—Deberías intentar hablar con Aidan— aconsejó mamá.
—¿Lo dices por él o por mi?— pregunté.
—Por ambos.
—Yo no creo que tenga algo de que hablar con él, y no creo que él quiera verme siquiera.
—Igual deberías intentar, quiero decir, el la está pasando muy mal, apenas come y duerme demasiado, y tú… hijo desde que tu padre murió no has vuelto a ser feliz, te la pasas ahogado en trabajo, y la única forma en la que convives con personas que no son de tu círculo social habitual es cuando le pides a Kaori que te encuentre a alguien con quién tener sexo.
—Desde cuándo…
—¿Desde cuándo lo sé?— interrumpió —Desde siempre hijo… desde que Kaori te comenzó a buscar hombres y mujeres por igual.
Sentí la vergüenza inundar mi cuerpo entero.
—Eso…— comencé, me aclaré la garganta y seguí —¿Eso que tiene que ver con que quieres que hable con el chico?
—Tiene que ver porque tal vez sea una oportunidad de que hagas un amigo…
—Tengo amigos, y no sería apropiado que socialice con él.
—Ben, Kaori, Matt, ninguno de ellos cuenta hijo, tal vez Aidan sea la oportunidad que no sabes que necesitas…
«“…la oportunidad que no sabes que necesitas” No necesito nada…»
—Solo… deberías darte la oportunidad hijo, solo quiero que conozcas gente nueva, aunque sea en estás circunstancias.
—No necesito nada nuevo en mi vida mamá, mi vida es perfecta tal cual cómo está. Además, jamás te has interesado siquiera en saber cómo va corona, ni siquiera cuando papá estaba vivo.
Mamá me vio con tristeza, y algo parecido a la esperanza brillaba tenuemente en sus ojos, asintió con tristeza y se levantó para después salir de la cocina.
Suspiré con cansancio y me levanté, enjuague los platos que usamos y luego los metí al lavaplatos.
Salí de la cocina y noté que llovía, seguí de largo hasta las escaleras para buscar a Kaori, pero noté que en el umbral de la puerta que daba al patio trasero había una persona sentada, cubierta con una gruesa cobija.
De primera instancia no reconocí a dicha persona, la miré con un poco más de detenimiento y noté un esponjoso cabello dorado, pero las dudas se esfumaron cuando Aidan giró un poco la cabeza.
Tenia los ojos rojos y ligeramente hinchados, se limpió con el dorso de la mano las lágrimas que surcaban sus mejillas y suspiró, el vaho apareció automáticamente a causa del frío ambiente propiciado por la lluvia.
Antes de siquiera notarlo ya estaba por sentarme junto a él.En cuanto se dio cuenta que caminaba hasta él, Aidan bajó la mirada, y cuándo me senté a su lado noté que mientras se alejaba las lágrimas seguían saliendo sin piedad alguna de sus ojos, de esos irritados ojos color miel.
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La Sacra Corona
Teen FictionHistoria BL (chico X chico) Aidan es un chico que mantiene una feliz relación con su novio William Beck, el líder de la segunda mafia más poderosa de Italia. Sin embargo el día de su cuarto aniversario descubre una desgarradora verdad. Desolado, esc...