William
Salimos de la habitación, dejando dentro de la misma a mi amado Aidan y a Ryan, estaba preocupado por el bienestar de Aidan, sin embargo, mientras Ryan estuviera con él estaría un poco más tranquilo.
Caminamos un poco y entramos a una pequeña, pero muy llena biblioteca.
—Crawford,— solté apenas cerraron la puerta de la biblioteca —¿qué es lo que quieres? Ya me tienes aquí, ¿era realmente necesario que lo secuestraras? Realmente no se porque tenías que hacer eso.
—Lo necesitaba como garantía de que vendrías— habló con simpleza, como si fuera lo más obvio.
—Espero que no le hayas hecho daño,— advertí —porque de ser así me las vas a pagar.
—Cómo sea, tú ya le haz hecho más daño de lo que yo pudiese hacerle— insinuó.
—¿De que hablas?— cuestioné, realmente no sabía a qué se refería.
—Vamos, ¿en serio no lo sabes? Los golpes dejan moretones que se quitan luego de unos cuantos días, pero ¿qué hay del dolor por el que lo estás haciendo pasar? Ese dolor es mucho peor, y si no cumples con mis condiciones aré su vida un infierno a base de ese dolor.
—¿D-de que hablas?— pregunté, está situación era realmente incómoda.
—Já— río sarcásticamente —. Lo engañaste, ¿o es que no lo recuerdas? Realmente no esperaba nada de ti, Beck, pero no sabía que podías ser un hijo de puta.
—Tú… ¿¡Cómo sabes eso!? ¡Y no te atrevas a siquiera pensar en que podrás hacerle algo!
—¿Y porqué estás tan sorprendido?— respondió con altanería ignorando parte de lo que dije.
—¿Qué le hiciste?— pregunté, la sangre me hervía en las venas —No veo porque te contaría algo tan personal como si fueran amigos de años.
—¿Qué clase de persona me crees? Lo único que le di fue medicamento.
—¿Medicamento…? ¿¡Para qué!?— nada de lo que decía me parecía tener sentido, a mis odios y a mi juicio todo parecía mentira.
—Tenía fiebre— contestó tranquilamente mientras se servía whiskey en un vaso y comenzaba a beber.
—Eres un idiota si crees que voy a creerme lo que dices, pero ya que parece que tienes respuestas para todo, ¿¡por qué lo estabas abrazado!? ¡Vamos, responde!— de todas las cosas que estaban pasando, encontrar a Aidan en los brazos de otro hombre, del mismo hombre que lo había secuestrado era lo que más me molestaba.
—Solo pasó.
—Basta, eso no es algo que Aidan haría,— mi paciencia se agotaba y tenía mucho miedo de lo que pudiera pasar a continuación —mejor deja de decir tantas mentiras Crawford.
—¿¡Yo!? En todo caso eres tú el que debe de dejar de actuar como si nada pasara— parecía que su paciencia también estaba llegando a su límite.
—¿Y a ti que más te da? ¡Esos son problemas de pareja, problemas que el y yo debemos resolver por nuestra propia cuenta!— estaba tan molesto con todo que ni siquiera me di cuenta de cuando es que comencé a gritar.
—Eso ya lo sé, idiota.
Abrí la boca para defenderme sin embargo las palabras no salían de mi boca, nada salía, un nudo en mi garganta me impedía hablar. Aún a pesar de todo pude reunir la fuerza para propinarle un golpe en la cara al hombre que estaba frente a mí, un golpe que, claramente no esperaba. El golpe fue directamente a lo que parecía ser un moretón en su pómulo.
Abrió los ojos con sorpresa, pero eso no lo detuvo de devolver el golpe. Una serie de golpes que terminó en una pelea bastante ostentosa, luego de varios golpes, nos separamos un momento, el tenía el labio y el pómulo sangrando, por mi parte sentía un fuerte escozor en el costado izquierdo y un líquido tibio recorrerme la cara iniciando por el pómulo.
ESTÁS LEYENDO
La Sacra Corona
Novela JuvenilHistoria BL (chico X chico) Aidan es un chico que mantiene una feliz relación con su novio William Beck, el líder de la segunda mafia más poderosa de Italia. Sin embargo el día de su cuarto aniversario descubre una desgarradora verdad. Desolado, esc...