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Aidan

Como lo prometí, volví a tiempo para la cena. El ambiente durante la cena era ligeramente incómodo, pero para mi suerte Carina suavizó el ambiente con una agradable charla hasta que terminamos de comer.

Cuando todos nos retiramos, y Carlysle y yo subimos a su habitación,fue bastante insistente en querer saber qué es lo que estaba pasando más allá de lo que le había dicho Ben, que además era bastante obvio, pero a pesar de sus insistencias me limité a decirle que solo era eso, y aunque no muy convencido, dejo el tema en paz, y solo entonces nos fuimos a dormir.

nos acostamos juntos como todas las noches, pero esta vez yo no lograba quedarme dormido, la enorme ola de pensamientos que me azotaba con fuerza no me dejaba en paz, me torturaba y esta vez, aunque necesitara gritarlo no podía, esta vez tenía que arreglar todo yo solo, por el bien de todos, porque así era mejor.

«¿En serio seré capaz de protegerte?» pensé mientras veía a Lyle, dormido se veía tan tranquilo que hacía que mi corazón doliera aún más.

—Juro que haré lo que haga falta para protegerte— susurré mientras le acariciaba suavemente la mejilla.

Carlysle, como si me escuchara, se removió en su lugar hasta darse la vuelta y quedar boca arriba, sentí un nudo en la garganta, impidiendo respirar, se sentía como si estuviera asfixiándome. Tuve la intención de levantarme e irme a dormir a la habitación de huéspedes como la noche anterior, pero recordé que Carlysle se había preocupado y molestado por eso, así que simplemente me di la vuelta hasta darle la espalda y me hice un ovillo, abrazándome con fuerza, y lloré hasta que me quedé dormido.

Por la mañana, al despertar, me quedé un buen rato viendo a la nada, estaba agotado mentalmente y físicamente pues apenas y había dormido; estuve así largo rato hasta que mi estómago exigió alimento, solo entonces me levanté a desayunar e iniciar el día. Comer me supuso un gran reto, pues aunque moría de hambre, nada se me antojaba, así que no quería comer nada de lo que estaba en el refrigerador y tampoco tenía energía para prepararme nada. Lyle, que había estado observando desde que entré a la cocina, me tomó de lo hombros y me sentó, no dijo nada y yo tampoco; rápidamente se puso a cocinar algo para que no muriese de hambre, cuando terminó y me entregó el plato sentía que estaba al borde del colapso; comí gustoso y al terminar agradecí la comida; "No hay de que" se limitó a decir Lyle para luego salir de la cocina, por lo que había observado estaba trabajando, así que decidí no interrumpir su trabajo.

—¿Te sientes en condiciones para mañana?— preguntó Carina de la nada, no la había escuchado acercarse así que me tomó por sorpresa.

«¿Mañana...? Oh, no puede ser que tan rápido pasó el tiempo.»

—Sí, no voy a perderme ni a arruinar su cumpleaños por nada del mundo— dije a modo de promesa, promesa a mí, que me haría cumplirla sin importar que.

—¿Recuerdas tu parte?

—Por supuesto.

—Bien, contamos contigo... cuento contigo, Aidan.

—No voy a fallarles, lo prometo.

—Bien, llévatelo a la cama pronto.

—Está bien— fue lo último que dije, pues Carina asintió y se dio la vuelta para seguir con lo suyo.

"Todo debe salir de acuerdo al plan" me dije antes de entrar al despacho de Lyle, eran casi las 11:00 y debía de hacer que se fuera a dormir cuanto antes.

—¿Qué haces?— pregunté mientras me acercaba a él.

—Estoy terminando con algo que salió de último momento y era urgente— respondió al tiempo que me regalaba una cálida sonrisa.

—¿Eso significa que ya podemos irnos a dormir?

—¿Me estas esperando?— preguntó con ternura.

—Así es, así que, ¿podemos irnos a dormir ya? Estoy algo cansado.

—Vamos— respondió mientras apagaba su computadora y se ponía de pie, pero no me dejó moverme del escritorio donde me había sentado.

—¿Cómo te sientes ya?—cuestionó.

—Mejor—mentí.

—¿Seguro?

—Sí— respondí.

Carlysle pareció quedarse más tranquilo, me besó, me tomó de la mano y nos fuimos a dormir.

Por la mañana, me levanté temprano y en silencio para no despertar a Carlysle, me duche y me arregle rápidamente y bajé a la cocina, lo que iba a hacer no estaba dentro de los planes, no en los de ellos, en los míos sí. Ya en la cocina, saqué un pequeño pastelillo que había preparado la noche anterior aprovechando que nadie reparaba mucho en mí o en lo que estaba haciendo, terminé de decorarlo y subí a despertar a Lyle; entré a la habitación sigilosamente y de la misma forma caminé hasta sentarme a su lado, él seguía profundamente dormido, pero yo quería ser el primero en desearle un feliz cumpleaños.

—Tanti auguri a te.— comencé a cantar —Tanti auguri a te. Tanti auguri Carlysle. E la torta a me!¹.

Carlysle, entre sorprendido y asustado, despertó.

—Pide tu deseo, anda— pedí al tiempo que le acercaba el pastelillo con la vela que había encendido justo antes de comenzar a cantarle.

Carlysle me sonrió embelesado, sopló la vela y tomó el pequeño panquesito, le quité la vela y él le dió un buen mordisco al pastelito de vainilla.

—Hay muchas cosas planeadas para hoy así que levántate y arréglate— anuncié.

—Mmm, ¿planeaste mi cumpleaños?— preguntó en tono coqueto mientras me acercaba a él.

—No me daría todo el crédito pero, sí.

—Este está siendo mi mejor cumpleaños.

—Acabas de despertar.

—Sí pero, estás tú, no necesito nada más para que sea un buen cumpleaños.

—Bueno bueno, no te pongas sentimental y ve a bañarte— dije para cambiar el tema y que la punzada de dolor en mi corazón no se agravara.

Carlysle rió, me acercó más a él y me besó.

—Sabes a vainilla— murmuré cuando me separé de él.

—Tengo que admitir que el pastel es realmente bueno— murmuró sin despegarse de mis labios.

—Yo lo hice.

—Mis felicitaciones al chef entonces— dijo mientras me tomaba de la cadera y me subía a él. Esto sí que no era parte de mi plan.

—No me digas que estás caliente.

—Entonces no te digo.

—¿Crees poder esperar hasta más tarde?

—Solo si me prometes que la espera valdrá la pena.

—¿Cuándo no lo ha valido?

—Bien, pero esta noche no vas a dormir— declaró.

—Ya lo sabía— comenté, haciéndolo reír.

Acto seguido me puse de pie e insistí en que se apurarse para salir cuanto antes y no joder todos los planes ya echos. El cumpleañero por fin obedeció, se terminó su pastelillo mientras revisaba su teléfono, luego se levantó y se fue a duchar. Mientras él se duchaba y se arreglaba yo ordené la habitación, de esta forma, para cuando él salió del baño ya todo estaba en su lugar, y nosotros ya podíamos irnos.

Salimos de la habitación y comenzamos con el gran día de Carlysle.

~~Δ~~

¹ Canción de feliz cumpleaños usada comúnmente en Italia y la traducción sería:

Feliz cumpleaños

Feliz cumpleaños

Feliz cumpleaños Carlysle

¡Y la tarta para mi!

La Sacra CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora