Infieles

Capítulo 27

Los pasos de Muñoz resonaban furiosos por los pasillos de la prisión, algunos guardacárceles que rondaban por allí le saludaban con un asentimiento de cabeza. Los ignoró. Está tenso y enojado con la situación que acontece, no se supone que sea él al que estén amenazando, no le gusta la posición vulnerable en la que esos dos héroes 'de cuarta' lo están poniendo, va a recurir a lo de siempre pero es difícil deducir el punto débil de ambos en este momento y no tiene tiempo para investigar por su cuenta, hace unos meses tomó precauciones y mandó a otro a hacer ese trabajo por él.

Le ordenó al guardacárcel que se encontraba allí que abriera la celda y estuviera atento por si algunos de los reos presentes se le ocurriera hacer alguna estupidez. Tras esto, una vez dentro, azotó la reja de la celda con la finalidad de llamar la atención de los dos presos. Uno de ellos volteó a verle y cuando lo identificó volvió a acostarse, él sabia que no lo buscaban a él así que se tomó la libertad de ignorar la próxima conversación, cuidando su integridad física.

—Despacio que no es giratoria, maestro —se burló el ladrón refiriéndose a la agresividad con la que cerró la celda, al ver de quién se trataba se arrepintió de hablarle de esa manera, temia que tomara alguna represalia por algo tan minúsculo como aquello. —Muñoz.

—Necesito que me digas qué lograste averiguar del comisario Alexby —fue directo al grano, impaciente.

—¿Por qué me lo pregunta ahora? Intenté informarle antes y me mandó a la mierda —cuestionó. Muñoz rodó los ojos, no tenía porque darle explicaciones pero pensó que si le decía la razón, su información podría ser más eficiente.

—El idiota de Alexby y el juez Auron vinieron aquí, están amenazandome —explicó. El ladrón rió.

—Que rompe pelotas y eso que le dije que tuviera cuidado con vos —el hombre suspiró. Muñoz le miró impaciente —Mirá, yo lo único que te puedo decir es que donde esté Alexby, está Auron porque el boludo ese es un simp y esta detrás del comisario todo el tiempo —informó el ladrón.

—¿No tienes nada más para decirme? ¡Te mandé a espiar para que pudieras decirme algo útil!

—No sé nada más capo, ¿qué quere' que te diga? Los días que lo seguí no pasó nada importante. Además, fijate que si es útil lo que te dije porque si no lográs sacarle información al Alexby ese, a Auron seguro que si porque los dos son bastante unidos parece, seguro sabe algo —aseguró el hombre.

Para Muñoz, aquella afirmación tiene sentido, puesto que cuando habló con ellos, cada vez que alguno de los dos daba un paso importante en la conversación volteaban a mirarse, tal vez buscando aprobación del otro; quizás pueda usar eso a su favor.

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—Escuchar, haced lo que hemos hablado y luego salir de allí, no queremos que este hombre se ponga agresivo —cada uno de los tres infiltrados dio la información que poseía y reveló sus dudas respecto a cómo proceder a continuación, por lo que la llamada terminó ahí. Alexby le subió el volumen a su celular y comenzó una grabación.

—No puedes guardarlo en tu bolsillo, no se escuchará nada —señaló Auron.

—Pero no lo dejaré tan a la vista, será evidente.

—Entonces déjalo en tus piernas y ocultalo un poco con tu camiseta.

—Pero eso es ridículo, ¡se verá igual!