Infieles

Extra

—Es el cumpleaños de Alexby y no le han dado el día libre, me da pena que tenga que estar aquí y no me importa que ya tengamos a Bryan, es como un hijo para mi igual ¿entiendes? —exclamó el de ojos morados, adentrándose aún más en la comisaria y dirigiéndose hacia la oficina en la que le dijeron que estaría Alexby.

—Y estoy de acuerdo contigo Veg pero lo que te digo es que debimos avisar que veníamos ¿qué tal si ni siquiera está en la oficina y está haciendo otra cosa fuera de la comisaria? Haciendo cosas de policías —Rubius siguió a Vegetta, a pesar de que piensa que es mala idea irrumpir en el lugar de trabajo del comisario sin avisar.

—Pero el policía ese que coqueteo contigo ha dicho que estaba en la oficina.

—Deja tus celos ya, yo te quiero a ti. Además, creo que deberíamos tocar la puerta antes de entrar, tengo malas experiencias.

—¿Por qué dices que tienes... ? ¡Ay dios mío! —grita escandalizado el amante del morado.

Nada más entrar se encuentran con un espectáculo que divirtió a Rubius y asqueó a Vegetta. Alexby se encontraba sentado en el escritorio con Auron casi encima besandolo o mejor dicho, comiendole la boca y de manera lujuriosa además. Para fortuna de todos, ambos se encontraban vestidos aún, solo un poco alborotados.

Estaban tan en su mundo que ni siquiera notaron la intromisión hasta que Vegetta volvió a gritar, haciendo drama a propósito.

—¡Podéis poner seguro a la puerta! Ay dios mío, voy a estar traumado el resto de mi vida —dramatizó.

—Madre mía. ¡Podéis tocar antes de entrar! —gritó Alexby avergonzado, bajando del escritorio y acomodando su ropa y su cabello, Auron copió sus acciones pero no se veía avergonzado, en cambio, parecía divertido con la situación.

—Vaya, interrumpimos el regalo del calvo a Lely —Rubius y Auron ríen.

—La verdad es que si, así que si podéis, iros —bromea el juez, aunque no sabe si después de la interrupción tendrán inspiración para continuar con lo que hacían.

—Veníamos a felicitarte pero creo que solo voy a decirte que vengáis los dos a mi casa a las 20hs de la noche en punto, no lleguen tarde.

—Usad protección —agrega el cura del pueblo.

—Si y ponganle seguro a la puerta por el amor de dios.