17.

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Estuve ahí para ti en tus noches más oscuras, pero me pregunto.
¿Dónde estabas ?
Cuando estaba en mis peores momentos, de rodillas sobre el suelo.
Y dijiste que me cubrirías la espalda, así que me pregunto.
¿Dónde estabas?
Maps- Maroon 5

Verónica

-Hola- saludé al chico que estaba frente a mí, frunció el ceño claramente confundido pero su mirada cambio un instante después por una de enfado.

-¿Qué quieres?- respondió con hostilidad.

-Quería disculparme contigo, creo que debí haberlo hecho hace tiempo y no lo hice- dije evitando intencionalmente su mirada.

-¿En serio? No me había dado cuenta- dijo de forma sarcástica- No me interesan tus disculpas, así que puedes metértelas por donde te quepan.

-Lo siento- dije mirando al suelo- De verdad, lo siento; no sabía en que estaba pensando cuando deje que eso ocurriera.

-¿Sabes? Es irónico y algo cínico viniendo de ti, debido a que tú pasaste por lo mismo con Josselyn, ¿no es así?

Por primera vez me atreví a mirarlo a los ojos, nada de lo que había dicho era mentira, yo había pasado por eso y no me sentía nada orgullosa de haberle causado un dolor de ese tamaño a una persona.

-Lo lamento- repetí esta vez mirándolo a la cara pero él no me estaba mirando a mí.

-No me interesan tus disculpas, no vuelvas a dirigirme la palabra y aléjate de mí- dijo regresando su mirada hacia mí y comenzó a caminar en dirección contraria.

Suspiré lentamente tratando de controlar las ganas de llorar, podía sentir su mirada, sospeché desde el instante en que miró hacia atrás quien estaba detrás de mí.

Y el sentimiento de culpa con el que llevaba lidiando dos largos meses volvía a aparecer.

-¡Verónica!

Mierda, no.

Un extraño sentimiento de pánico apareció y mis piernas se movieron por si solas, caminaba tan rápido que tenía que esquivar a la gente para no caer al suelo.

En cuanto llegué al baño me encerré en un cubículo y recargué la espalda contra la pared. Mi teléfono comenzó a sonar dentro de mi bolsa, con algo de dificultad lo saqué, traté de controlar mi respiración y casi grito de alegría al ver aquel nombre en la pantalla.

-Qué bueno que llamas- dije antes de que ella pudiera decir palabra alguna.

-¿Qué sucedió?- me preguntó intrigada.

-Lo mismo de siempre- contesté y ella suspiró.

-Bueno, pues estás de suerte porque me quedaré en la ciudad unos días, así que te veo en tu apartamento en unas horas- dijo y se escuchó el ruido de una puerta cerrarse.

-¿Estás en mi departamento?- pregunté confundida y sorprendida a la vez.

-Obvio, acabo de entrar con la llave que me regalaste- contestó y no pude evitar que una sonrisa apareciera en mi rostro.

-Voy para allá- dije pero antes de poder colgar ella gritó.

-¡No!- dijo riendo- Tienes que terminar tus clases o tu madre va a regañarme por ser una distracción.

-Sabes que mi madre jamás pensaría eso de ti- contesté.

-Claro que no, porque me ama más que a ti- dijo y no pude evitar poner los ojos en blanco.

𝐸𝑝𝑖𝑓𝑎𝑛𝑖𝑎                                                𝑬𝒑𝒊𝒑𝒉𝒂𝒏𝒚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora