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Por favor, ¿Podrías encontrar una manera de decepcionarme lentamente?
Muestrame un poco de simpatía.
Si te vas estaré tan solo.
Si te estás yendo cariño, déjame caer lentamente.
No puedo evitar caer.
Let Me Down Slowly- Alec Benjamin

Verónica

-Mierda, mierda, mierda- no paraba de decir mientras corría al sofá y tomaba mi celular. Sin mirar a Rosita salí rápidamente del apartamento miré hacia el elevador y en la pequeña pantalla pude ver que se dirigía al primer piso.

Corrí rápidamente hacia las escaleras y bajé con algo de torpeza intentando no caerme. Al llegar al primer piso me dirigí directamente al guardia.

-La chica- dije y traté de respirar hondo- ¡La chica que estaba llorando! ¿Dónde se ha ido?

Me miró completamente anonado y señaló la salida.

-Acaba de irse hace unos minutos, creo que doblo a la derecha- dije y salí corriendo en esa dirección. Ya le daría las gracias después.

Salí del edificio y doblé hacia la derecha como me había indicado, solo había unas cuantas personas en la calle, pude ver a una señora y a su pequeño hijo correr debido a que empezaba a querer comenzar a llover, además de que estaba cayendo la noche.

Miré hacia mí alrededor pero Nicole no estaba por ninguna parte. Seguí caminando por la calle rápidamente mientras trataba de limpiarme las gotas de agua de lluvia que me caían en la cara.

Pude verla sentada en una banca en la espera del autobús, corrí hacia ella y pude ver que me miraba sorprendida pero se levantó e intentó volver a caminar.

-¡Espera maldita sea!- alcé la voz y ella me miró enfadada.

-¿Ahora maldices?- me preguntó con sarcasmo.

-¿Puedes dejar que te explique lo que viste en mi apartamento?- le pregunté exasperada.

Ella miró hacia otro lado evitando mi mirada. Me senté en la banca para cubrirme de las pequeñas gotas de lluvia que comenzaban a caer más rápido y abundante.

Pude ver que suspiraba y se sentaba de nuevo dejando un metro de distancia entre nosotras.

-No es lo que estás pensando- dije tratando de recuperar el aliento- Es mi mejor amiga.

Giré mi cabeza en su dirección y pude ver que miraba hacia el frente pero noté que sus ojos me miraban de reojo.

-No te estaba engañando si es lo que estás pensando- dije yendo al grano- Así que puedes ir sacándote esa idea de la cabeza.

-Yo no...- comenzó a negarlo y la miré con obviedad- Ni siquiera estamos juntas para considerarlo engaño- susurró- Además, eres libre de hacer lo que quieras, yo no tengo porque opinar en eso, es tu vida.

Asentí rápidamente con la cabeza.

-Tienes razón, podemos hacer lo que queramos- dije y ella entorno los ojos mirándome con desconfianza y reprimí una carcajada- Regresaré a mi apartamento entonces, ya que no me quieres aquí.

Me levanté y comencé a caminar en dirección contraria, pude escuchar el sonido de sus zapatos y sus pasos tratando de alcanzarme, la lluvia comenzó a mojarme la ropa y sentí que su mano tomaba mi muñeca.

-¡No te vayas!- dijo y giré en su dirección, noté que sus ojos estaban hinchados por haber llorado y con su otra mano trataba de cubrirse la cara para que la lluvia no la mojara.

𝐸𝑝𝑖𝑓𝑎𝑛𝑖𝑎                                                𝑬𝒑𝒊𝒑𝒉𝒂𝒏𝒚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora