20.

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Un día te perdí sin conocerte.
Sin saber que cerca estabas tú de mí.
Y ahora solo quiero abrazarte y con mil historias asombrarte.
Todo en ti me dice que debía ser así,
sé que si.

La separación- Angie Vázquez.

Nicole

-Su nieta está aquí por voluntad propia señora, no es menor de edad así que no puede acusarnos de nada- escuché que habló Rosita- Si se atreve a poner un pie dentro de esta casa sin el consentimiento de Verónica estará invadiendo propiedad privada y eso es delito.

Abrí los ojos sorprendida ante su actitud, estaba completamente seria y firme ante mi abuela. Nadie nunca la había retado de esa forma, debe estar furiosa por dentro y con justa razón esa chica parecía abogada.

Mi madre, no, Lorena desvió la mirada y logró verme, su rostro mostro un alivio inmediato e hizo ademán de entrar pero Verónica le interrumpió el paso.

-No va a entrar a ninguna de las dos a menos que Nicole quiera- dijo firme y mi abuela fijó su vista en mi, dejé de esconderme y salí hacia el pasillo.

-¡Nicole!- habló mi abuela- Hija déjanos explicarte, todo esto ha sido un malentendido, de verdad- Lorena la miró como si hubiera perdido la cabeza.

Verónica me miró con una ceja enarcada y negué con la cabeza.

-No las quiero aquí- dije y Verónica comenzó a hablar pero mi abuela la interrumpió.

-Mira estúpida niña, ya te advertí, mi nieta no va a quedarse aquí contigo mucho menos con alguien como tú- empujó a Verónica haciendo que esta diera un paso hacia atrás mientras yo miraba completamente sorprendida la escena. Mi abuela parecía estar a punto de estallar, jamás la había visto tan furiosa- Supe la clase de persona que eras desde el día en que te conocí y sobre mi cadáver Nicole se quedara aquí contigo.

-¿De qué demonios está hablando?- preguntó Rosita.

-¡Te quiero lejos de mi nieta! ¿Entendiste?- la amenazó- No la quiero con gente como tú, no quiero que se le pegue la anomalía que eres.

Sin ser consciente me había acercado hacia ellas y pude ver la expresión de Verónica.

Su mirada era de pura confusión, pero en cuanto mi abuela terminó de hablar su expresión cambió a una completamente seria con una mezcla de enojo. Daba miedo.

Y en un tono muy bajo habló.

-Váyanse de mi casa antes de que llame a seguridad y ordene que las saquen de aquí así sea a patadas- amenazó y mi abuela abrió los ojos indignada.

-¡¿Quién te crees que eres para hablarme y faltarme el respeto de esa forma?!

Sin pensarlo dos veces Verónica presionó un botón en la pared que no había notado hasta ahora, al segundo una alarma se activó y se escuchó un portazo al final del pasillo de afuera.

Segundos después un guardia que había visto anteriormente con el vigilante de recepción apareció.

Lorena giró y abrió los ojos asustada.

-¿Necesita algo señorita?- preguntó el hombre.

-Saque a estas dos señoras de mi piso- ordenó con seriedad y aquel hombre asintió. Mi abuela comenzó a poner resistencia pero Lorena comenzó a arrastrarla hacia afuera, el guardia las escoltó hasta el elevador y segundos después desaparecieron.

𝐸𝑝𝑖𝑓𝑎𝑛𝑖𝑎                                                𝑬𝒑𝒊𝒑𝒉𝒂𝒏𝒚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora