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Necesito un lugar para esconderme,
pero no puedo encontrar alguno cerca,
quiero sentirme vivo, afuera no puedo luchar contra mi miedo.
Lovely- Billie Eilish & Khalid.

Nicole


*Horas antes*

-Aquí- dije mientras entraba a la cafetería más cercana de la casa de mi abuela. Aquel hombre me siguió, tomé una de las sillas y me senté, él tomo asiento frente a mí.

Cuando la camarera tomó nuestras órdenes y se retiró pude ver que él no dejaba de mirarme fijamente.-Puede empezar a explicarme todo porque estoy comenzando a asustarme.

-Bien- dijo mientras acomodaba el borde de las mangas de su camisa.- Sé que tal vez lo que escuches te puede parecer lo más loco que has escuchado nunca, pero solo te pido, te suplico- dijo mientras cerraba los ojos y suspiraba- que por favor me dejes explicarte todo.

Me miró preocupado y yo asentí sintiendo una sensación extraña en el estómago.

>>Me llamo William del Castillo, tengo cuarenta y seis años.

No pude evitar sorprenderme ante su edad, no la aparentaba para nada.

Comentó que trabajo unos años en varios negocios y años después pudo unirse a la marina. Debió entender mi cara de confusión pues intentó ser más claro.

>>Cuando tenía veinte años conocí a una chica, la chica más hermosa que he conocido en mi vida. Nos conocimos en un restaurante, ella era mesera y yo... quedé hechizado desde el primer momento en que la vi y a partir de ese día comencé a ir a ese lugar cada que podía o bueno, cada que mis gastos me lo permitían- dijo mientras se rascaba la cabeza y sonreía con melancolía- Hasta que un día me atreví a hablarle y desde ahí nos hicimos amigos.

Nos hicimos muy cercanos, poco a poco comencé a cortejarla y ella parecía feliz. Durante casi un año fue así, hasta que un día dejamos las cosas claras.

Ella no sentía lo mismo por mí y una amistad era lo único que ella podía ofrecerme y yo acepté porque a pesar de que los sentimientos no fueran correspondidos se convirtió en una persona muy importante para mí pero un día...

Lo miré esperando a que siguiera, pero el solo se limitó a acariciar su corta barba con su mano.

Un día llegó llorando a mí casa, suplicándome que la ayudara, yo le pregunté qué había pasado y fue ahí donde me confesó todo.

Ella amaba a otra persona, otra persona que claramente no era yo, era una de las que ella meses antes me había presentado como una de sus amigas. Y fue ahí donde entendí el motivo.

Me suplicó que por favor la ayudara, que tuviéramos que aparentar ser pareja para que su madre no la separara de ella debido a que jamás la aceptaría. Y yo acepté. ¿Qué otra cosa podía hacer? Amaba a esa chica, había sido mi mejor amiga desde que la conocí y no soporte verla sufrir así. Poco más de un año después ella y yo terminamos involucrados en otro ámbito no sentimental, para ese entonces yo ya tenía veintidós años y ella veintiuno. Toda su familia creía que éramos pareja, su madre era la persona más feliz con nuestra relación.

Meses después me confesó que estaba embarazada, me confesó que íbamos a ser padres. Yo le pregunté qué quería hacer y ella inmediatamente respondió que lo quería tener. Prometió terminar con su pareja y así lo hizo, dijo que comenzaríamos una vida juntos, pero yo no quería tener a alguien a mi lado por compromiso, así que hablé con ella, podíamos tener a ese bebé pero no tenía porque estar atada a mí.

𝐸𝑝𝑖𝑓𝑎𝑛𝑖𝑎                                                𝑬𝒑𝒊𝒑𝒉𝒂𝒏𝒚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora