13. Mala compañía

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El departamento estaba demasiado silencioso, Kento dejó las bolsas con los ingredientes que usaría para preparar la cena sobre la encimera de la cocina antes de ir a la habitación en busca de su novio. No sé sorprendió al encontrarlo dormido abrazando una almohada y mucho menos por el rastro de lágrimas que quedaban en sus mejillas, después de todo, Geto siempre encontraba la forma de hacerlo llorar por él, o por su culpa.

A pesar de que sabía que era imposible quedarse dormido mientras aún era de día, se recostó cuidadosamente junto a Satoru, por algunos minutos, solo los observó, pero finalmente estiró una mano y le acarició la cabeza con cariño. Su intención no era despertarlo, pero desde hacía años que Satoru tenía problemas de sueño, así que en ocasiones hasta una pluma cayendo en su mejilla podía despertarlo. Kento alejó sus manos y lo vio estirarse sobre la cama, como si fuera un gato, antes de que su mirada finalmente se posara en Kento.

—Hola —dijo con una sonrisa somnolienta, que lo hizo sonreír también.

—Hola, Sato —respondió acariciando su mejilla con ternura.

—¿No deberías estar en la boda?

—Suguru me echó porque le dije que fue muy duro contigo, considerando que tu no perdiste sus anillos —dijo mientras alejaba juguetonamente algunos mechones de la frente de Satoru.

—¿Cómo te diste cuenta? —la sonrisa desapareció de sus labios y en su lugar, sus mejillas se tiñeron de rojo por la vergüenza de saberse descubierto.

Kento suspiró: —Sospechaba que no estabas diciendo todo, pero cuando salía del hotel me encontré con Mimiko y Yuji, ella estaba llorando, le pregunté si estaba bien y terminó contándome cómo olvidaron los anillos en un puesto de crepas cuando los recogieron hace un mes.

—¡Es que les encantan las crepas! —dijo Satoru inflando las mejillas—. Las crepas son para ellas lo que para mi son los bollos rellenos de chocolate que horneaban en la panadería.

Kento puso los ojos en blanco y negó con la cabeza.

—¿Cómo es que no te diste cuenta que en realidad no tenías los anillos? —preguntó apoyando su codo sobre la cama

—Estuve trabajando mucho así que confíe en ellas cuando dijeron que los trajeron. Por eso le dije a Mimiko que yo lo arreglaría, debí ser más responsable y revisar...

—Lo que debiste hacer fue dejar que dijeran la verdad y asumieran la responsabilidad de su error. Mentir por ellas no las ayuda.

—Lo sé, pero Suguru estaba nervioso y me preocupaba cómo podría reaccionar. Sé que no las habría lastimado, Suguru no es esa clase de persona, pero yo sé cómo se siente que te mire con decepción...

Kento suspiró resignado, y volvió a recostarse en la cama, Satoru no dudó en acercarse más y apoyar la cabeza sobre su pecho.

—¿Ser amigo de Geto vale la pena? ¿A pesar de lo cruel que es cuando se enfada? —preguntó acariciándole con suavidad la cabeza.

Satoru abrió la boca para responder, pero las palabras se atoraron en su garganta, porque, a pesar de lo mucho que lo había intentado, a pesar de que creyó que su amistad con Suguru había mejorado los últimos años, la realidad le había demostrado una vez más que jamás podrían volver a lo que eran.

🌻💍💟

La siguiente vez que Satoru despertó, Kento ya no estaba a su lado, pero en realidad no tenía prisa de encontrarlo, en cambio, comenzó a buscar su celular con la intención de revisar sus mensajes Sin embargo, cuando leyó un mensaje de Choso que decía que Mei-Mei le contó a Yu lo que pasó en la en la reunión de exalumnos de hace tres años, Satoru deseo nunca haber despertado.

Sin dudarlo ni un segundo, Satoru se levantó de la cama para buscar a Kento, a esas alturas él ya debía saber que la boda se había cancelado, pero necesitaba ser quien le contara el resto de la historia. Apenas asomó la cabeza en la puerta del dormitorio, pudo ver que su novio estaba cocinando, pero no estaba solo, Yu y Choso, estaban sentados frente al desayunador.

Choso, que estaba de frente a él, fue el primero en verlo, cuando sus miradas se encontraron, él le lanzó una mirada de advertencia para que no se acercara. De inmediato Satoru supo que debía volver a esconderse en su habitación, pero para su mala suerte, Yu se dio cuenta de su presencia y lo invitó a unirse a ellos.

—¿Dormiste bien? —preguntó Kento revolviendo un salteado de verduras en la sartén, parecía estar de buen humor, pero de todas formas busco la mirada de Choso por ayuda.

—¿Qué tal la resaca? —dijo.

—No bebí tanto —se quejó.

—Entonces quizá quieras acompañarnos —dijo Yu extendiendo una copa de vino hacia él—. Estamos fingiendo que no estuve a punto de casarme.

—En verdad siento mucho todo lo que pasó, Yu...

—Está bien, no fue tu culpa, ni siquiera lo que pasó en la reunión de exalumnos.

Satoru se atragantó con el sorbo de vino que intentó tomar, Choso se apresuró a ayudarlo.

—Alguno de ustedes debe comenzar a contarme que pasó esa noche...

—No lo recuerdo, estaba muy ebrio —Satoru dijo con la voz ronca por la tos.

—Yo no fui a esa reunión —se excuso Yu, antes de tomar un sorbo de vino.

—Ese día comí algo echado a perder así que pasé la noche vomitando en el baño —Choso dijo, en el tono de voz que usaba cuando estaba repasando un libreto.

—¿Estamos jugando dos verdades y una mentira? —preguntó Kento, todavía bromeando, pero cuando nadie respondió, se dió cuenta de que le estaban ocultando algo.

Era como esa vez en su segundo año de bachillerato cuando los tres viajaron a Tokio y regresaron peleados por una conversación incómoda sobre él. Kento apagó la estufa, presintiendo que nadie iba a querer comer después de que dijeran todo lo que estaba atascado en sus gargantas, también se sirvió una generosa copa de vino y se sentó en el último banco disponible, que estaba a lado de Yu.

—Los escucho.

Los otros tres intercambiaron una mirada, Satoru fue el primero en acobardarse y se encogió en su lugar, mientras que Choso desvió la mirada, Yu se bebió el contenido de su copa rápidamente.

—Satoru, no tienes que hablar de esto si no quieres —dijo Choso extendiendo su mano sobre la mesa para alcanzar la mano del otro—. Yu, por favor...

Yu le lanzó una mirada asesina, así que, a regañadientes Choso se calló.

—Dos días antes de la reunión, me peleé con Suguru porque descubrí que le hizo un préstamo a mis padres a pesar de que le dije que no. En mi arranque de ira, le dije que terminamos, no estaba hablando en serio y pensé que Suguru lo sabía, por supuesto, no fui a la reunión y esa noche él me engañó con Satoru y con Mei-Mei con quien, ¡oh sorpresa!, tiene un hijo.

—Ya te explique que las cosas no fueron así, Yu —dijo Choso.

—Tú ni siquiera me hables, se supone que eres mi amigo, debiste decirme todo desde el principio.

—No me ibas a creer de todos modos —dijo entre dientes—. Eres tan ingenuo que siempre dejaste que Suguru te manipulara a su antojo.

Yu lo miró con indignación, acto seguido se levantó.

—¡Todos ustedes pueden irse a la mierda! —gritó mientras tomaba su abrigo y se dirigía hacia la puerta—. Y tú, Kento, deberías pensarlo dos veces antes de seguir enredandote con alguien como Satoru —añadió antes de dar un portazo.

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n/a:

Al contrario de lo que parece, no tengo un mal concepto de Suguru, pero en este fic lo imaginó más como Kenjaku, que como él mismo. Algo similar pasa con Haibara, generalmente es un sol, pero no aquí, aquí solo es dispositivo del trama para crear drama 🤷

Supongo que los reivindicare en otro fanfic, pero no aquí, aqui son lo malos y pueden irse a la mierda, junto con Mai Mai, a quien, sinceramente no soporto 😉

Falling for U #4: You're the One I Want [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora