Satoru llevaba cinco días sin ir a dormir al departamento y la única razón por la que Kento no estaba como loco buscándolo, era porque Megumi se tomó la molestia de avisarle que se estaba quedando en la casa de sus padres.
Sabía que a Satoru no le gustaba su departamento, pero si tenía que ser honesto, Kento hubiera preferido ser quién tuviera que conseguir un lugar donde quedarse, en lugar de orillarlo a dejar un lugar que no le gustaba, por uno que le desagradaba aún más. No importaba desde donde se lo mirara, era evidente que la situación había sacado a relucir los inconvenientes de haber comenzado a vivir juntos demasiado pronto, y de no tener amigos cercanos a los cuales acudir cuando se necesita escapar de tu pareja.
Pese a todo, si había intentado hablar con Satoru, no obstante sus llamadas seguían siendo rechazadas y sus mensajes ignorados. Kento sospechaba que, si se le ocurriera enviar una carta, Satoru quemaría sin siquiera leerla. Le tomó un par de segundos darse cuenta de que ese pensamiento le resultaba desconcertante al mismo tiempo que le aterraba.
Dándose cuenta de la espiral de pensamientos negativos en la que estaba a punto de enredarse, suspiro y decidió concentrarse en las cosas que podía controlar y resolver, comenzando con el costoso, elegante y también horrible traje que colgaba de la percha junto al espejo. Esa misma tarde, la asistente de la señora Saeko, había llevado el traje hasta su oficina, con la invitación a una fiesta privada en la casa de los Gojo en Denenchofu. Kento no estaba seguro de si el mal presentimiento que tenía respecto a la fiesta se debía a la amenaza que la madre de Satoru le hizo unos días atrás, o había algo que se le estaba escapando.
En todo caso, Kento solo aceptó el traje por cortesía, ya que la simple idea de usarlo lo hacía sentir como el juguete que todos creían que era. Por desgracia, su asistencia a la fiesta no estaba a discusión, así que se vio obligado a elegir su propio atuendo. Por lo general, era Satoru quien se encargaba de ayudarlo a elegir su ropa para ese tipo de evento, pero debido a que él no estaba disponible, tendría que improvisar.
Después de rebuscar en su armario, Kento finalmente encontró un traje que se ajustaba a la etiqueta de la fiesta, mientras se lo ponía, se dijo a sí mismo que lo había elegido porque, salvo algunos detalles el acabado de las costuras, era bastante parecido al que le habían enviado con la diferencia de que color y la forma ciertamente le favorecía más, aunque la verdadera razón era que le gustaba porque Satoru lo mandó a confeccionar especialmente para él. Inicialmente, estaba destinado a ser usado en un evento de modelaje al que lo acompañaría, por desgracia el show fue cancelado y jamás llegó a usar el traje, Kento recordaba que Satoru estaba tan decepcionado que acabo prometiéndole que lo usara en otro momento y, aunque quizás no era la ocasión adecuada, Kento siempre cumplía sus promesas.
Justo cuando estaba listo para salir el teléfono fijo que no recordaba que tenían comenzó a sonar, al principio pensó en dejarlo sonar, pues ya iba un poco tarde, sin embargo, justo en el momento en el que estaba cerrando la puerta, tuvo una corazonada que lo hizo volver sobre sus pasos y tomó la llamada.
—Buenas tardes, nos comunicamos de la clínica de oftalmología Shinjuku, ¿el señor Satoru Gojo se encuentra en casa?
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Después de la llamada con la clínica, en la que se enteró que Satoru necesitaba cirugía, Kento llegó a la casa con la única intención de encontrarlo y obligarlo a hablar con él. Aunque entendía que la noticia debió afectarle a tal grado de que se alejó, en realidad no podía creer que le hubiera ocultado algo tan importante y delicado respecto a su salud.
Cuando ingresó al salón, las miradas de los no pocos invitados se dirigieron a él, dándole la impresión de que todos sabían algo que él no. Con cautela, comenzó a moverse entre la gente, respondiendo con cortesía a los saludos y algunas felicitaciones que no sabía a qué venían. Después de un par de minutos, dando vueltas por el lugar, Kento logró ver a Satoru, al fondo del salón junto a la barra de postres, él debió sentir el peso de su mirada, por qué lo vio echar un vistazo a su alrededor hasta que sus miradas se encontraron. Sin dudarlo, Kento dio un par de pasos en su dirección, pero Satoru que obviamente aún no quería hablar con él, tomó un cupcake antes de apresurarse hacia otro lado.
Las intenciones de Kento de perseguir a su novio, fueron frenadas por Kuroi, quién no solo lo regaño por no usar el traje enviado, si no que también se tomó la molestia de llevarlo con la señora Saeko, a quién, por supuesto, no le gustó la elección de vestuario.
—¿Por qué es tan importante lo que uso? —preguntó Kento luego de escuchar por unos segundo las quejas de la mujer y decidir que no tenía tiempo para esas frivolidades.
Tanto la señora Gojo, como su asistente lo miraron con una mezcla de sorpresa y disgusto, pero ninguna de las dos dijo nada. Kento las miró con sospecha, antes de finalmente disculparse y comenzar a alejarse, con la advertencia de que no podía ir demasiado lejos.
🌻💍💟
Después de un buen rato buscando, Kento encontró a Satoru escondido en el armario despensa de la cocina. Cuando entró, el hombre que estaba agazapado junto a los enlatados comiendo una barra de chocolate, lo miró ligeramente sorprendido, antes de que su expresión cambiara a una irritada.
—Este es mi escondite —dijo poniendo los ojos en blanco—. Piérdete.
—¿Por qué estás tan enojado conmigo, Sato? —preguntó, genuinamente confundido—. No importa cuanto lo pienso, simplemente no sé qué hice mal...
—No quiero pelear contigo, Nanami —advirtió Satoru levantándose, Kento se recargó contra la puerta para impedirle salir.
—Y yo tampoco, sólo te estoy pidiendo que hables conmigo —dijo, Satoru chistó la lengua y cruzó los brazos sobre su pecho—. Si no vas a hablar conmigo, entonces me iré. Dejaré el departamento esta noche, así que puedes volver cuando quieras.
—¿Estás terminando conmigo? —exclamó indignado.
—Solo dije que te devuelvo tu departamento para que puedas seguir furioso en un lugar que te sea más cómodo.
—Siempre tan considerado.
—A diferencia tuya, a mi me preocupas, Satoru. Me importa lo que sientes
—Si te importara lo que siento, como dices, no te habrías reunido con mis padres a mis espaldas.
Kento abrió la boca para responder, pero las palabras se atoraron en su garganta, entendía que Satoru se sintiera traicionado, pero nunca creyó que le dolería tanto que terminarían peleando de esa manera.
—No te lo oculte para hacerte daño —explicó—. Solo pensé que era lo mejor, sé que detestas tener que tratar con ellos y quería evitar que te lastimaran. —Kento estiró la mano para intentar alcanzar a Satoru, pero este retrocedió para quedar fuera de su alcance.
—Pues te equivocaste y me lastimaste, Nanami.
—Y lo siento...
—Deberías irte —lo interrumpió, desviando la mirada. —En verdad lamento que pasara esto, siento haber herido tus sentimientos y haberte decepcionado —murmuró—. Sabes que te amo, ¿verdad?
Satoru no respondió, a Kento le tomó un momento comprender que no obtendría nada más esa tarde, y que era hora de marcharse.
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Falling for U #4: You're the One I Want [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]
Hayran KurguHan pasado cinco años desde z que Gojo y Nanami se vieron por última vez. Su romance hace años que es solamente un bonito recuerdo de su juventud. Sin embargo, la oportunidad de alinear el camino de sus vidas una vez más se presenta como la invitaci...