11. Anillos

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Haibara estaba nervioso por la boda, así que llamó a Kento y Satoru, para que lo vieran antes de la ceremonia y lo ayudarán a sentirse mejor. Kento, por supuesto, estaba feliz de ayudarlo, pero Satoru, en cambio, parecía sumamente nervioso.

Kento detuvo el auto en un alto, miró de reojo a su novio, antes de extender su mano y ponerla sobre su pierna, apretando y acariciando su muslo con suavidad, en un intento de reconfortarlo.

—¿Qué te dijo Mimiko, Satoru? —preguntó intentando no sonar demasiado invasivo—. Estás raro desde que se fue.

—Nada —respondió Satoru recargando la cabeza contra la ventana y cerrando los ojos.

Kento se aguantó las ganas de insistir y volvió a concentrarse en conducir. Satoru siguió sin mirarlo y permaneció en silencio el resto del camino, e inclusive salió corriendo del auto una vez que se detuvieron en el estacionamiento subterráneo del hotel, sin embargo, lo encontró esperándolo frente al elevador. Una vez más, Kento decidió guardar silencio y esperar a que Satoru decidiera abrirse, en cambio colocó una mano sobre los hombros de y los frotó con suavidad, Satoru le sonrió con cariño, pero la tensión no desapareció.

Yu los recibió animadamente, la habitación estaba llena de personas, adornos y regalos que más tarde serían movidos a la mesa de regalos en el salón. Los trajes de bodas, colgaban de una percha en el vestidor portátil colocado en el centro de la habitación, Satoru sintió náuseas sólo de verlos. Los siguientes minutos luego de entrar, se perdió gran parte de la conversación, porque se sentía demasiado desmotivado para interactuar.

—Satoru, estás demasiado callado, ¿todo en orden? —preguntó Choso deteniéndose a su lado.

—Si —dijo forzando una sonrisa—. Le pedí a Megumi-chan que me trajera algo importante, y no me contesta el celular, así que estoy preocupado.

—Oh, si —asintió—. Yuji y Sukuna lo acompañan, seguramente no deben tardar, puedo llamarles si quieres.

Satoru negó enfáticamente con la cabeza.

—No —dijo sacando su móvil del bolsillo de sus jeans y caminando hacia la puerta—. Intentaré llamarle de nuevo a Megumi.

Choso no lo detuvo.

🌻💍💟

Satoru observó a Megumi y los gemelos Itadori en la puerta del bar del hotel, por lo que se apresuró a beber de golpe lo quedaba de su mojito, antes de hacer una seña con la mano para que los chicos se acercaran.

—Llegan tarde —les dijo.

—¿Sabes cuantas joyerías tuvimos que recorrer? —se quejó Sukuna, al mismo tiempo que Megumi golpeaba una caja contra la barra.

—De nada, por cierto —añadió Yuji en un inusual tono receloso del que Satoru no tenía tiempo de preocuparse. En cambio, tomo la caja y la abrio, los anillos de dorado brillaron contra el terciopelo negro, eran bonitos y seguramente muy costosos, pero ni de broma se acercaban a los anillos que debía entregar. Satoru se levantó del banquillo, pero al hacerlo, se sintió mareado y estuvo a punto de caerse, de no ser porque Megumi lo sostuvo

—¿Por qué bebiste? —preguntó Megumi.

—Si crees que puedo entrar a la habitación allá arriba y decirle a Suguru que perdí sus invaluables alianzas de boda, eres estúpido.

—Los perdiste sobrio —respondió Megumi soltando al mayor—. Deberías enfrentar las consecuencias sobrio.

—Oh, hermanito, así no es como funciona la vida —respondió Satoru revolviendo los cabellos de Megumi—. Deberían ir a cambiarse, la ceremonia empieza en treinta minutos.

—¿De verdad crees que habrá una boda después de esto? —preguntó Sukuna con malicia.

Satoru no respondió, en cambio camino hasta el elevador, deseando que Suguru aceptara los anillos suplentes.

🌻💍💟

Ingresar de nuevo a la habitación, fue la cosa más difícil que Satoru había hecho en su vida. Una vez que la puerta se cerró tras de sí, no hubo marcha atrás, varios pares de ojos se posaron sobre él, y solo pudo sonreír de nerviosismo.

—Satoru ¿en dónde estabas? —preguntó Suguru.

—Debes apresurarte a cambiarte —dijo Yu.

—¿Estuviste bebiendo? —añadió Kento en un tono de voz que mezclaba la preocupación y el enfado.

Satoru se tomó un momento para admirar a su novio enfundado en un bonito esmoquin negro, antes de sentir a Megumi empujándolo hacia el frente, recordándole que tenía una declaración por hacer.

—Perdí sus anillos —dijo. Todos dejaron de moverse y hubo un silencio largo antes de que comenzaran a reírse.

—Deja de bromear y cámbiate —dijo alguien, pero Satoru no estaba seguro de si fue Suguru, o si fue Haibara.

—No es una broma, perdí sus anillos —repitió. El silencio volvió a la habitación, pero duró demasiado poco, porque Yu se puso pálido y se dejó caer de rodillas al suelo, por lo que el alboroto comenzó a su alrededor.

Satoru hizo un intento de acercarse, pero Suguru le bloqueó el paso.

—¿Cómo pudiste hacerme esto, Satoru?

—Fue un accidente —dijo Satoru con nerviosismo—. Y lo siento como no tienen idea.

Suguru chistó la lengua justo antes de darle un puñetazo en la cara que lo mandó al suelo.

—Hiciste esto a propósito ¿no es así? —grito Suguru.

—¡Claro que no! —respondió Satoru, sintiéndose algo aturdido mientras Kento lo ayudaba a levantarse.

—¡Estás tan celoso de que mi relación haya funcionado y la tuya no, que tenías que intentar arruinarlo todo!

—Suguru, por favor cálmate —dijo Choso interponiéndose entre el aludido y Satoru.

—Yo sé que esto se ve mal, pero les compré otros anillos para hoy, les prometo que conseguiré a su gusto otro más adelante.

Satoru le tendió la caja con los anillos, Suguru la miró con recelo, negándose a tomarla, Yu hizo un intento de tomarla, pero su prometido lo detuvo.

—Vamos, Suguru, se que estas molesto, pero por favor, tómalos —dijo Kento en un tono conciliador.

—No los quiero —dijo—. Vete de aquí Satoru, no quiero volver a verte, fue un error confiar en ti.

Satoru abrió la boca para decir algo más, pero Suguru le dio la espalda, se dio cuenta, entonces, que no tenía nada más que hacer en el lugar. Dejó la caja con los anillos en las manos de Kento y salió de la habitación.

Falling for U #4: You're the One I Want [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora