Satoru nunca había fantaseado en serio con el día de su boda, exceptuando, tal vez, aquel día del ensayo de boda de Haibara y Geto en el que la luz del atardecer filtrándose a través del lucernario iluminó el altar en dónde estaban de pie mientras se miraban a los ojos con un amor que no duró lo suficiente. Recordaba haber sentido una envidia demasiado profunda, añorando que su romance de secundaria hubiera terminado de la misma manera.
Sin embargo, al final del camino era él quién realmente tenía una historia de amor y, a pesar de todo, Satoru no cambiaría nada de lo que habían pasado, porque a pesar de que hubo momentos muy dolorosos, sabía que no serían los mismos sin todo eso.
Planear la boda en una semana, resultó más fácil de lo que pensaba. Kento que siempre pensaba en el futuro, a diferencia suya que solo se concentraba en el presente (y a veces mucho en el pasado), tenía un álbum de recortes con todas las ideas que pensó que servirían para su gran día. Kento lo consideraba ridículo y por esa razón, nunca se lo había mencionado, sin embargo, a Satoru le parecía la cosa más maravillosa del mundo y en el mismo momento en el que lo vio, comenzó a llorar, preguntándose qué había hecho para merecer un hombre tan magnífico como el que tenía.
En cuestión de dos días, ya tenían contratados todos los servicios que necesitaban (decoración, un fotógrafo, y un oficiante).
En cuatro obtuvieron sus trajes y sus anillos.
La noche anterior al gran día, el postre estaba listo en el refrigerador.
Por la mañana, Kento se encargó de preparar la mayor parte de los ingredientes de lo que sería su cena. A mediodía acudieron al registro para firmar su certificado de cónyuges, fue impersonal y ni siquiera estaban vestidos para la ocasión, pero eso solo era el trámite que tenían que hacer para obtener algunos derechos civiles con su unión. Volvieron al departamento en dónde Kento comenzó a preparar el resto de su cena, mientras que Satoru lo ayudó hasta que tuvo que salir a la playa en dónde lo estaban esperando para revisar que la decoración estuviera a su gustó, más tarde Kento llegó con su traje.
Durante todo ese tiempo Satoru solo pudo sentirse emocionado, pero apenas Kento lo dejó solo en el auto para que se cambiara, comenzó a sentir que los nervios se apoderaban de él, porque claramente su cerebro no dejaría de pensar en los peores escenarios ni siquiera el día de su boda. Hizo su mejor esfuerzo para calmarse y contener su ansiedad, pero cuando llegó a la playa dónde Kento, la oficiante y el fotógrafo lo esperaban para comenzar, quiso darse la vuelta y tomarse cinco minutos más.
Por supuesto Kento se dio cuenta de que algo estaba mal y no dudó en acercarse hasta el lugar donde sus pies se habían clavado.
—Hey, amor, ¿Qué pasa? —preguntó
—Creo que solo estoy nervioso —dijo exhalando una risa—. Estaba en el auto, acomodándome el chaleco y de repente comencé a sentir que todo va a salir mal...
Satoru apartó la mirada, sintiéndose avergonzado de sí mismo. Comprensivo como siempre, Kento le puso las manos sobre el rostro y acarició suavemente sus mejillas.
—Yo también estoy nervioso —confesó—. También me preocupa lo que viene después, mira mis manos —dijo soltando su rostro—. Si no las ocupo en algo me pongo a temblar.
Satoru lo miró ligeramente sorprendido, pero luego reaccionó y tomó las manos de Kento entre las suyas.
—Lo siento, siempre has sido tú el que tiene que contenerme —suspiró contra las manos de Kento antes de besar sus nudillos.
—Está bien, aunque casi nunca te das cuenta, también me has ayudado mucho.
—Lo dices para que no me sienta mal.
—Sí pero también lo digo porque es verdad.
Satoru negó con la cabeza antes de rodearlo con sus brazos, provocando que Kento se riera y le devolviera el abrazo mientras le susurraba que siempre iba a estar para él cuando lo necesitara y sin importar lo que pasara.
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Falling for U #4: You're the One I Want [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]
أدب الهواةHan pasado cinco años desde z que Gojo y Nanami se vieron por última vez. Su romance hace años que es solamente un bonito recuerdo de su juventud. Sin embargo, la oportunidad de alinear el camino de sus vidas una vez más se presenta como la invitaci...