La vida de Satoru estaba plagada de pequeñas decisiones que siempre tenían consecuencias catastróficas en su vida diaria, por lo que enojarse con su novio porque fue a comer con sus padres era solo una más en el montón y definitivamente no era la peor. Sin embargo, sabía que de seguir caminando por el sendero del autosabotaje y el odio a sí mismo, eso sin lugar a dudas se convertiría en el peor error de su vida.
El problema era que Satoru no sabía cómo dar marcha atrás, le avergonzaba tener que verlo a la cara después de haberlo ignorado por tantos días, y ni siquiera quería pensar en las cosas horribles que le dijo en el hospital, porque Kento no se merecía merecía nada de eso. Kento siempre había sido comprensivo con sus inseguridades, lo apoyaba de tantas formas distintas, que a veces sentía que lo ayudaba aún cuando no sabía que lo necesitaba. Y sabía que él lo perdonaría sin pensarlo dos veces, pero Satoru no estaba seguro de merecer su comprensión, cuando había actuado como un crío inmaduro. Tenía sus razones, por supuesto, la distancia que había entre ellos por sus empleos tampoco ayudó, pero al final, sabía que todo ese drama era su culpa.
Una parte de si, la parte blanda que necesitaba a Kento más que al oxígeno, quiso correr detrás de él en cuanto abandonó ese viejo armario despensa, la otra, la parte orgullosa y despectiva que se negaba a aceptar cuando se equivocaba, fue la que lo condujo de vuelta a la fiesta para conseguir algo de alcohol, a pesar de que sabía que emborracharse solo le causaría dolor.
Justo cuando estaba a punto de beber su tercera copa, Satoru vio a su madre acercándose.
—¿Has visto a Nanami-kun? —fue lo que preguntó. Satoru puso los ojos en blanco, antes de beberse el contenido de la copa de golpe.
—¿Por qué habría de saberlo? —respondió con la voz rasposa.
Su madre entornó los ojos y torció los labios de la manera en que hacía cuando no obtenía lo que quería.
—Cariño, no puedes seguir peleado con él —dijo poniendo una mano sobre su brazo, que Satoru alejó rápidamente—. ¿Quieres contarme qué pasó?
—No quiero —respondió deteniendo a un mesero para obtener otra copa mientras comenzaba a caminar por el salón.
—Satoru...
—¿Por qué te agrada tanto? —la interrumpió, no tenía ganas de escuchar sus regaños.
—Porque te hace feliz, cariño.
—Le dije que se fuera —dijo en respuesta—. Probablemente terminemos.
—No hagas ese tipo de bromas —reprendió su madre—. Sé que se casaran y entonces Nanami será parte de la familia.
—Si te interesa que sea parte de la familia, quizás deberías adoptarlo —sugirió con desdén—. Así tendrías al hijo perfecto que tú y mi padre siempre quisieron.
—¿Disculpe señora, cree que sería posible que comencemos con el evento con los novios ahora? La luz del jardín es bastante buena —interrumpió el fotógrafo cuando su madre abrió la boca para responder.
—Claro, salimos un momento —dijo ella con una sonrisa cordial, mientras hacía un gesto con su mano para despedir al hombre, que salió al jardín rápidamente.
—¿Quiénes son los novios? —preguntó Satoru sintiendo una repentina curiosidad por la situación, ya que nadie le había dicho para qué era la fiesta.
A su lado, una mujer que Satoru reconocía aunque no estaba seguro de dónde se rio sonoramente.
—Hablaba de ti y tu querido Nanami —respondió risueña—. Esta es su fiesta de compromiso.
Satoru miró a su alrededor con incredulidad, la gente más cercana lo estaba mirando con curiosidad, mientras que su madre tenía esa mirada que le advertia que debía comportarse y no hacer nada estúpido. No obstante ya que ella había logrado hacerlo sentir irracionalmente molesto, se lo tomó como un reto.
—¡Me permiten su atención por favor! —dijo levantando la voz, los murmullos alrededor del salón se callaron poco a poco—. Sé que mi madre los trajo a todos aquí para presenciar mi compromiso, pero me temo que hoy, no hay nada que celebrar —hubo un ruido audible de decepción—. Lo sé, lo sé. Sé que es decepcionante pero tengo que ser honesto con todos aquí, por si acaso la historia se repite y son invitados a otra fiesta de compromiso sorpresa panheads por mi fantástica madre —Satoru escucho que alguien lo mandaba a callar, pero lo ignoro—, porque debo aclarar que yo jamás estuve de acuerdo con algo de esto. Porque, y créanme que lo digo muy en serio: jamás voy a casarme, especialmente no con el estúpido hombre a quiénes mis propios padres prefieren sobre mi. Es más prefería tener que casarme con una cucaracha, antes que con el perfectamente aburrido Nanami Kento.
—Brindo por eso —dijo una voz desde la esquina del salón, una voz que Satoru reconocería en cualquier lado.
Como en una película, la gente se hizo hacia los lados, para revelar al invitado impertinente, Geto Suguru le dedicó una sonrisa mientras levantaba su copa y a su lado, Choso parecía querer que la tierra se lo tragara, sin embargo, lo que hizo que la sangre se Satoru se helará en sus venas, fue darse cuenta de que Kento seguía en el lugar.
—¡Nanami-kun espera! —gritó Saeko golpeando el hombro de su hijo al pasar, provocando que este soltara su copa y se despedazarse contra el suelo.
Lo siguiente que sucedió se sintió como una pesadilla, algunos invitados se acercaron a la puerta y las ventanas con tal de escuchar, mientras que Satoru estaba clavado en su sitio sintiendose el estúpido más grande de todo el universo. Pasaron varios minutos antes de que sus pies finalmente decidieran moverse. Tuvo que abrirse paso entre la multitud en la puerta, para poder llegar a la acera, en donde sus padres todavía estaban reteniendo a Kento, que intentaba subir a su auto.
—Nanami, por favor, seamos razonables —escuchó decir a su padre mientras se acercaba con cautela a ellos—. Dejemos que nuestros invitados se vayan y hablemos esto como hombres.
—No hay nada que me haga cambiar de opinión, presentaré mi renuncia mañana a primera hora, como ya le dije.
—No seas terco, hijo.
—No soy su hijo, señor —dijo Kento levantando la voz—. Y ustedes saben que la única razón por la que acepté ese empleo, fue por su hijo.
—Por favor, cariño. Sabes que mi hijo no lo dijo en serio —dijo Saeko, Satoru se mordió la lengua, temiendo a las tonterías que podían salir de ella—. Ustedes se quieren tanto, no te dejes llevar por este desplante...
—Con todo respeto señora... —comenzó a decir Kento, por un segundo su mirada encontró a la de Satoru, lo que le permitió saborear el dolor y la rabia que bullía dentro del rubio—, usted y su estúpida familia pueden irse al carajo.
Hubo una oleada de murmullos entre todos los presentes, Satoru sintió una punzada de orgullo en su pecho, que rápidamente se convirtió en pesar cuándo se dio cuenta de que estaba perdiendo a la única persona que lo amaba de verdad.
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Falling for U #4: You're the One I Want [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]
FanficHan pasado cinco años desde z que Gojo y Nanami se vieron por última vez. Su romance hace años que es solamente un bonito recuerdo de su juventud. Sin embargo, la oportunidad de alinear el camino de sus vidas una vez más se presenta como la invitaci...