42. Fui hecho para amarte

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Satoru empujó la puerta de la panadería, recibiendo a cambio el familiar sonido de la campanilla. El frío aire del invierno que hacía que su nariz y sus mejillas se pusieran rojas, fue rápidamente reemplazado por el olor a café y a pan recién salido del horno.

Kento estaba detrás del mostrador, concentrado en guardar en una bolsa de papel el pan que llevarían a casa para la cena. Era una cosa que lo había visto hacer mil veces, pero esa noche, se sintió familiar, en un sentido completamente diferente al habitual.

Quizás fue la luz detrás de Kento, más amarilla de lo usual porque se había fundido un foco durante la tarde y lo reemplazaron con una bombilla que resultó no ser de luz blanca; o tal vez era la manera en la que el cabello, despeinado después de un largo día, caía sobre la mitad de su cara, que le recordó a ese flequillo que solía usar cuando estaban en el bachillerato; a lo mejor se debía a la noche misma pues hacía frío, amenazaba con nevar, acababa de bajar de un auto, entró a una panadería y era primero de enero, como esa noche en la que se conocieron muchos muchos años atrás. Puede que fuera el conjunto de todo lo anterior, mezclado con el sentimiento de tristeza y añoranza que le provocó hablar con su hijo mientras conducía al negocio para recoger a su esposo.

El punto era que, la sensación de deja vu, por extraño que sonara, lo devolvió al presente, récordandole que las cosas siempre se habían tratado de ellos dos, a veces se juntos, a veces separados, a veces eran dos más uno, o dos más tres para ser cinco, pero al final eran solo Satoru y Kento, amándose, dejando que otros los quisieran también y devolviendoles el cariño.

Kento levantó la mirada, con la pregunta "¿por qué sigues ahí parado?" filtrándose a través de una ceja levantada y la ligera inclinación de su cabeza.

—¿Qué es lo más dulce que tienes en este lugar? —dijo cruzando el local a grandes zancadas—. Busco algo tipo cuarenta cucharadas de azúcar —añadió con una sonrisa traviesa mientras se recargaba contra el mostrador de manera algo sugerente, del mismo modo en que hacía cuando era adolescente y la razón por la que muchas veces Kento lo regañó.

—Tú —dijo Kento con una sonrisa coqueta—. Tú eres lo más dulce de este lugar. La sonrisa desapareció del rostro de Satoru, al mismo tiempo que levantó las cejas, sorprendido por haber sido tomado con la guardia baja.

—Dios —exhaló en una risa mientras se enderezaba—. Si me hubieras dicho eso en ese entonces, me habría derretido.

—No hay manera de que te hubiera respondido algo como eso, en ese entonces —señaló mientras se dirigía a apagar las luces de la cocina.

—¿Por qué no?

—Era tímido —dijo encogiéndose de hombros.

—Yo no te recuerdo tímido. —Satoru negó con la cabeza, mientras lo veía tomar su abrigo—. Recuerdo que eras afilado, tan directo y exigente que me dejabas temblando.

—Quizá solo estaba desesperado por algo de afecto sincero —dijo Kento rodeando el mostrador y parándose a su lado—. Ya sabes, el novio anterior a ti era un poco...

—¿Aburrido?

—Iba a decir reservado —corrigió dejando que Satoru le acomodara el cuello del abrigo y la bufanda—. De todas maneras, creo que te equivocas, tú eras el exigente y a mi siempre me ha gustado complacerte.

—Entonces dejarás que me salga con la mía y aceptarás que eras exigente.

Kento puso los ojos en blanco: —Esta bien, yo era el exigente y te dejaba temblando —asintió poniendo sus manos alrededor de la cintura de Satoru, quién enredo sus brazos alrededor del cuello de su esposo.

—Ves, no era tan difícil aceptarlo —susurró mientras sus manos se deslizaron hasta su rostro, en dónde sus pulgares repasaron con suavidad las arrugas en las esquinas de los ojos de su esposo—. Sigues siendo tan guapo.

—Estas actuando extraño, amor, ¿pasó algo?

—Solo estoy sensible —suspiró apoyando la cabeza contra el hombro de Kento, quien no dudó en apretarlo contra su cuerpo—. Hideki me llamó. Es la primera vez que lo hace desde que se fue en el verano.

—¿Pelearon otra vez? —Satoru negó con la cabeza, Kento suspiró aliviado—. Te dije que solo necesitabas darle tiempo.

—Lo sé, siempre tienes razón —admitió levantando la cabeza para conseguir un beso. Cuando se separaron, Satoru le pasó los dedos por la frente, alejando los mechones de pelo que caían sobre su rostro—. Te cortaré el pelo esta noche...

—Estaba pensando en dejar que me pintes las canas, un niño me llamo abuelo hoy.

El entrecejo arrugado por la molestia, hizo a Satoru soltar una carcajada, Kento lo miró ofendido un momento, aunque la risa de su esposo era tan contagiosa que terminó riendo también.

Tras un suave beso Kento se alejó para terminar de apagar las luces del local, cuando volvió junto a Satoru, que ya tenía la bolsa del pan entre sus manos, le pasó un brazo alrededor de la cintura.

Compartieron una mirada cargada de sentimientos que no necesitaban expresar con palabras. Había ocasiones como esa, pequeños momentos de tranquilidad, en los que Satoru sentía que se volvía a enamorar otra vez, en los que se daba cuenta de que era feliz y que Kento también lo era y que eso era lo único que necesitaba por el resto de su vida.

FIN

Bonus:

Cuando salieron de la tienda de conveniencia (donde compraron un tinte rubio), Satoru encontró un gato tuerto que le recordó al gato que tuvo desde la secundaria, así que lo recogió y lo nombró Gege Jr, a pesar de que Kento le dijo que era mala idea ponerle el nombre de un gato que lo odiaba. Satoru supo que Kento tenía razón cuando Gege Jr le rasguño la cara mientras lo bañaba.


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Cancion final: I Was Made For Lovin' You - Tory Kelly ft. Ed Sheran. Pueden encontrar el código para escanear en el banner (spotify)

Hola...
Pues hemos llegado al fin de esta historia, después de cuatro largos meses que se traducen en 132 capítulos (o lo que es lo mismo que 57+75 😉). No quiero hacer una nota kilométrica, así que solo me queda agradecer todo el apoyo, una de las cosas que siempre he disfrutado de escribir, es ver los votos y leer los comentarios, porque se siente satisfactorio saber que a alguien le gusta lo que hice y que vale la pena el esfuerzo. Así que, eso, muchas gracias por seguir esta historia por tanto tiempo y disfrutarla conmigo, quizá en el futuro vuelva a visitar este au, porque estoy segura de que aún les quedan unas cuantas cosas por compartir.

Como saben esto forma parte de un reto de escritura de 300 palabras diarias por un año, centrado en Nanago/Gonana, así que si les interesa la próxima historia, les contaré que pensé en unirme al mermay para completar este mes, pero debido a que he estado un poco enferma, creo que necesito un pequeño descanso, así que no sé que pasara, podría volver en unos días o quizá hasta junio.

En cualquier caso, pueden seguirme en para saber que sigue.

Una vez más ¡gracias por leer!

- Jen

pd: me haría muy feliz si pueden dejar un comentario haciéndome saber que piensan de la historia, que les gustó, que no les gustó, que creen que debo mejorar, que les hizo sentir el fic, cuál fue su parte favorita, la frase que más les gusto, algo que crean que me olvide... etc. etc. Puede ser cualquier cosa que quieran compartirme sobre el fic ❤️❤️❤️

Falling for U #4: You're the One I Want [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora