32. Nueva Vida

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Lo primero que el cerebro de Kento registró esa mañana era que estaba haciendo frío. En busca de calor se giró en la cama buscando a la persona que descansaba a su lado, solo para darse cuenta de que estaba solo. A pesar de que su intención era levantarse le tomó unos cuantos minutos más lograr despabilarse para ver el reloj y comprobar lo que ya sabía: recién sería las ocho de la mañana, por lo que la ausencia de Satoru era una señal, aunque también existía la posibilidad de que solo hubiera llevado a su perro Purple a su paseo matutino y se tranquilizo.

Con más calma, se levantó dispuesto a comenzar al día, primero fue al baño a lavarse la cara y los dientes, luego, al volver a la habitación, notó que todavía quedaba ropa regada de la noche anterior del lado de Satoru, sobre la que Gege estaba dormido, negó con la cabeza mientras se agachaba para sacar al gato de la habitación, antes de comenzar a recoger la ropa. Después de hacer la cama, buscó junto a su cómoda la camiseta de algodón que usaba para dormir, no sé sorprendió al darse cuenta de que Satoru se la había robado de nuevo, así que simplemente tomó una limpia y salió de la habitación.

El frío que entraba desde la sala hizo a Kento correr para cerrar la puerta del balcón, pensando que su novio debió dejarla abierta por accidente, sin embargo, pronto se dio cuenta de que Satoru estaba durmiendo, acurrucado en su silla de mimbre favorita, apenas cubierto por una vieja manta desgastada que ni siquiera podía protegerlo del frío, pero que él se negaba a tirar porque era su preferida, con un desaprobación, sacudió a Satoru para despertarlo, la manta se deslizó hasta el suelo, Kento suspiró, agradeciendo que su novio tuvo la decencia de ponerse calcetines y una sudadera.

—Amor, despierta —dijo sacudiendolo de nuevo. Satoru se quejó, pero en lugar de abrir los ojos, se reacomodo en su sitio, Kento gruño por lo bajo, no podía dejarlo fuera o se iba a resfriar, por lo que decidió que su mejor opción era cargarlo.

Una vez que se aseguro de que Satoru estaba cómodo Kento volvió a la sala, se aseguro de que el gato y el perro estuvieran dentro y cerró la puerta hacía la terraza. Después se dirigió a la cocina para comenzar a preparar el desayuno. Ni diez minutos después, Satoru salió de su recamara arrastrando los pies, con descuido, tiro de uno de los bancos y a duras penas se sentó sobre él antes de que su cuerpo se desplomara contra el desayunador.

—Nyanamin~ —se quejó con voz rasposa—. Creo que estoy enfermo.

—¿Cuánto tiempo estuviste afuera?

—Mnh... —Satoru murmuró, pero eso debió ser suficiente para irritar su garganta y comenzar a toser. Kento metió una taza de agua al microondas para preparar un té, mientras esperaba que respondiera—. Después de bañarme, me acosté contigo de nuevo, pero Purple comenzó a llorar así que lo saqué a pasear, el ejercicio me despertó así que me quedé afuera viendo una serie... como cinco horas, ¿tal vez?

—Estaba lloviendo, ¿no? —recordó Kento.

—Comenzó un rato después de que volvimos, el ruido de la lluvia debió arrullarme. —Kento se fijó en sus mejillas sonrojadas, dudando de si era debido a la vergüenza por su descuido o porque tenía fiebre.

—Te mantendré vigilado la próxima vez —dijo Kento poniendo una taza de té frente a su novio. No hubo maldad o enojo en su voz, incluso Satoru diría que lo dijo con todo el cariño que le tenía, por lo que no se sintió mal de escucharlo.

—No habrá próxima vez —le respondió de todos modos haciendo un puchero antes de beber un sorbo de su taza.

Kento rodeó el desayunador y puso las manos sobre la cara de Satoru tratando de comprobar su temperatura, afortunadamente no era así, lo que lo hizo suspirar de alivio y dejar un beso sobre su frente

Falling for U #4: You're the One I Want [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora