Blue Eyes In The Blue Sea-Larry

Final Alterno Parte II

Canción: Even Hell - Only The Poets

Harry estaba feliz, llevaba un ramo de rosas y su pierna iba de arriba a abajo.

El frío había vuelto a los alrededores de Londres, por lo que el ojiverde iba abrigado. Llevaba un gorro el cual le había hecho su pareja, y se había sentado en un banco a la espera de Niall y Zayn, sus mejores amigos.

– ¡Harry, sube! – Gritó Zayn desde el coche azul del padre de Niall. –¿Qué tal? – Preguntó una vez su amigo había cerrado la puerta del Ford.

–Bien, bien. Con ganas de darle la sorpresa. No es precipitado, ¿verdad?

–Harry, ¿eres feliz? –Preguntó el rubio y el rizado asintió. – Te aseguro que también le haces felíz.

–Bien... –Suspiró Harry. –Qué tal vosotros en vuestra "Prueba de luna de miel"

–Genial, Harry, deberías probarlo. – Zayn sacó la lengua hacía Harry y su novio, que estaba conduciendo, puso su mano en el muslo de este.

–Pues ya estamos. Nosotros te esperamos aquí. –Dijo Niall una vez aparcó el coche.

–No tardo mucho. –Dijo el ojiverde con una sonrisa mientras bajaba del coche.

–¡Tarda todo lo que quieras! –Gritó Zayn bajando la ventanilla

Harry suspiró con una sonrisa, miró el edificio desde la calle, y se adentró.

–Hola Sandra. – Harry hizo una sonrisa tonta mientras se acercaba a la mujer.

–Estás muy guapo, Harry.

– Es solo la ocasión, ya usted sabe, Sandra.

–Louis está acabando de hacer las maletas, seguro que le gustan las flores a tu chico. Ya sabes por donde es la habitación. –Dijo la mujer de uniforme rosa palo mientras registraba la entrada de Harry.

–Gracias, Sandra. –Harry volvió a sonreírle a la mujer y caminó a paso ligero hasta el fondo del pasillo.

Habían pasado diez meses desde el incidente, y ahora la pareja no podía ser más feliz.

Cuando Louis salió del hospital, Liam se encargó de buscar un centró psiquiátrico en el cual pudieran atender a Louis con excelencia. Harry no pudo negarse, eso era lo que Louis necesitaba.

Por otro lado, Marck había salido del continente junto a Johannah, se les vieron por última vez en la aduana de Londres.

Siendo sinceros, Harry había buscado en cielo, mar y tierra a la madre de Louis, y aunque a este le dolía, comprendía que estaban haciendo todo lo que estaban en sus manos.

Pero ahí estaba Harry, ocho meses después de haber ingresado a Louis en aquel centro, enfrente de una puerta metálica, con un ramo de rosas en mano y preguntandose a si mismo si en realidad aquella era una buena idea.

Aún así llamó a la puerta.

–¡Harry! –Louis se giró para abrir la puerta y se tiró a los brazos de su novio.

– Estás muy guapo, sol. –Sonrió Harry para luego besar los labios de Louis. – Para ti. – Harry le entregó el ramo una vez se separaron.

–Harry, no deberías.

–Claro de debería, amor, hoy es el día. – Y de nuevo volvieron a juntar sus labios. – Anda, sentémonos un momento y mira bien las flores.

Louis no se opuso, tampoco mostró resistencia cuando Harry le atrajo así mismo, una vez sentados, y le acarició la cabeza mientras le proporcionaba un beso en la coronilla.