Blue Eyes In The Blue Sea-Larry

Epílogo Parte II

Canción: I Can't carry this anymore- Anson Seabra

Viernes 18 de Febrero del 2011.

Harry seguía sin ir a la escuela, Des y Anne estaban preocupados por su hijo el cual vivía a base de café, no dormía y se pasaba todo el día en su habitación llorando.

Pero aquel viernes fue un viernes diferente.

Hacía un mes que Louis había muerto, y Harry sentía el mismo vacío y dolor en el pecho que el primer día, el segundo y el tercero.

Y todos decían que con el tiempo se pasaría, que iría a menos, pero para Harry eso era mentira, para Harry el dolor no era pasajero, pero por otra parte sabía que si le dolía no podría olvidar a Louis.

Cosa que no quería hacer.

Harry quería recordar a Louis, quería volver a ver los videos grabados, las notas de clase, los paseos, quería volver a besarle... y que los dos pudieran sentirlo.

Pero eso no era posible, y aún así Harry seguía pensando que en cualquier momento un Louis con el pelo desordenado volvería, diciendo que esa persona no era real, que era todo mentira y que solo había escapado de Marck.

Pero no era así y en el interior Harry lo sabía, en algún rincón del hueco de su pecho, sabía que eso no pasaría.

Aquel día, su padre entró a su habitación, y al ver cómo estaba su propio hijo, el hombre también lloró, pero no por Louis, aun que también lloro por el castaño de ojos azules, a Des le mataba ver así a su hijo, sangre de su sangre, vida creada de su vida, Des se encerró en el baño para llorar a solas.

Poco tiempo después, Anne entró a la habitación junto a Gemma, la hermana de Harry, las dos mujeres se miraron sintiendo el peso de la pena por toda la habitación y el bochorno que habían creado los llantos acumulados.

Ellas se hablaron en susurros y Anne se retiró, dejando a los hermanos solos.

–Harry...–Llamó Gemma a su hermano mientras se sentaba en la cama donde yacía. –Ha llegado correo, pero tienes que ir a buscarlo...

–No quiero ningún correo de nadie.--Sentenció Harry girando su cabeza y abrazándose a sí mismo.

–Hazz...

–No me llames así...

–Harry... tienes que salir de aquí, o si no yo te sacaré.

–¿Qué gano yo?

–La carta está a nombre de Louis Tomlinson.--Sentenció la pelinegra mirando al suelo.

–De acuerdo.--Dijo el ojiverde sorbiendo sus mocos y secando una pequeña lágrima.

Harry ató su bata de estar por casa con aún más fuerza, se puso sus zapatillas y esperó a que su hermana saliera de su habitación.

Suspiró.

Hacía tiempo que no se levantaba de aquella cama desordenada de sábanas que alguna vez compartió con el amor de su vida.

Harry bajó las escaleras, paso a paso, soplido a soplido e intentando quitar el picor de sus ojos junto a las lágrimas de sus mejillas.

–Harry...–Saludó la madre de este, con algo de alegría por saber que había salido de la cama y algo de pena, por saber el motivo.

Harry ignoró las palabras de Anne, siguió sus pasos hasta llegar a la mesita junto al sofá, un sobre grande y color ocre yacía ahí, destacando sobre las demás cartas.

De Louis William Tomlinson para Harry Edward Styles Cox.

Harry agarró la carta y se fue por la puerta, esperando que sus familiares no le vieran derrumbarse...otra vez...

Se sentó en el porche, sobre los cojines acolchados de aquel banco que se balanceaba y se quedó un rato mirando el sobre.

Un sello cualquiera que recordaba haberlo visto en la habitación de Louis, una letra bonita e inclinada, una parte de Louis que se guardaba ahí dentro, y que solo Harry tenía permitido ver.

Harry no quiso abrir el sobre, quiso presenciar el aroma de Louis, su imagen y su risa. Esperó alrededor de medio minuto y suspiró.

Tenía que abrir el sobre o nunca se atrevería a hacerlo nunca.

Los finos y blanquecinos dedos del rizado despegaron con miedo y temblor el sobre con extremada delicadeza.

Harry no se esperaba lo que yacía dentro de aquella carta.

El teléfono de Louis junto a una carta y una foto, desesperado Harry leyó las páginas escritas, y con profunda tristeza se tiró al suelo a llorar, en medio de la calle, con las rodillas, ahora ensangrentadas, contra la madera del porche, sollozando aún más fuerte que otros días.

–Harry...–Su madre corrió desde la ventana de la cocina al porche de su propia casa llegando a abrazar a su hijo.

–No puedo mamá, juro que yo ya no puedo vivir así.--Harry lloró con fuerza en los brazos de su madre sin importarle que tantos vecinos vieran lo que sucedía.

Al final, Harry fue llevado al salón, sentado en el sofá, curado sus heridas de las rodillas y dado una taza de chocolate la cual no se tomó mientras la sujetaba en su regazo y miraba fijamente el televisor apagado.

Y cuando el timbre de la casa sonó, Harry, con temor sabía quién era, sabía que la verdad atravesaría la puerta y sentenciaría.

–¿Vive aquí el señor Harry Edward Styles?

–Si, yo soy su madre. Anne Cox, un placer.

–El placer es mío señora Cox, soy Steven Mccarthy, fui el abogado de Louis Tomlinson y vengo a hacer la lectura de su testamento. Siento mucho su pérdida. – Dijo el señor trajeado mientras hacía un ademán para que Anne le dejase pasar.

–Pase, por favor.

–Gracias. –Soltó el abogado en un tono seco pero con suficiente cortesía.

–Harry está en el comedor, primera puerta a la izquierda.

–Muchas gracias señora Cox.--Y sin esperar respuesta, el señor Mccarthy fue en la dirección que le indicó la mujer. –¿Se puede? Preguntó sin obtener respuesta.

Entonces entró y miró a Harry, era exactamente como Louis le había descrito.

–Eres Harry, ¿verdad? Supongo que sabes quien soy.

–Steven Mccarthy, ¿Me equivoco?

–No, estás en lo correcto. ¿Puedo sentarme?

–Claro, puedes sentarte justo aquí delante. –Dijo Harry y apartó la mirada.

–Sabes que tengo que hacerlo.

–No sabía que Louis tenía un abogado, él me lo cuenta todo y no se nada de ti.

–Sin embargo sabes a qué vengo.

–¿Me podrías explicar cómo pasó?

–Con mucho gusto, de hecho el propio Louis me dijo que respondiera todas sus dudas.

<<Louis vino un día a mi despacho, poco después de cobrar la herencia de su abuelo, y con una parte de ese dinero, me contrató hasta hoy a las siete de la tarde. Realmente no sabía que quería un chico de 18 años en mi oficina, y ahora lo sé. Lo siento mucho Harry.

Louis me habló mucho de ti, él te quería y me dio claras instrucciones de venir hoy a hacer la lectura de su testamento. Claro que yo no sabía esto, recibí una carta no hace mucho.

Y supongo que ya sabes que és lo que te voy a decir, Louis William Tomlinson te dejo todo lo que tenía, su dinero, su casa y todas y cada una de sus pertenencias.

Harry ya había comenzado a llorar silenciosamente desde el inicio de la narración, sin poder evitar de nuevo como su herida se removía.

–¿Por qué a mi? – Preguntó Harry con sus manos en la cabeza mientras miraba hacía abajo.

–Porque él te amaba, Harry. Y se le notaba en la mirada cada vez que pensaba en ti o escuchaba tu nombre.

–¿Entonces por qué se fue si tanto me amaba?

–Porque algunas personas tienen que irse, Harry, y yo lamento mucho que a quien amas se haya ido.