En donde Hikaru Yoshida está enamorado de uno de sus mejores amigos...
O
En donde la ToMan sobreprotege a un omega que ni siquiera pertenece a la pandilla, aún cuando este puede llegar a ser el mismísimo diablo si se lo propone.
AU Omegaverse
Tokyo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No sé cómo es que llegue a esta situación, todo había comenzado como siempre, saludé a Koko y a Inui, moleste al pelinegro con lo del tacón estropeado y entre bromas llegamos al sitio de las peleas.
La lucha comenzó contra dos alfas, ambos eran fuertes, pero confiados y sin muchas técnicas, seguro esperaban noquear en los primeros golpes, cosa que no sucedió.
Estar esquivando golpes y tratando de devolverlos ya me estaba cansando, sería más fácil si tuviera mis cuchillas, pero las armas blancas no están permitidas.
Un golpe en el abdomen me distrajo un poco, lo suficiente para que uno de ellos me agarrara por detrás tratando de ahorcarme y antes de poder reaccionar sentí algo inusual.
Aún con los efectos del inhibidor podía sentir perfectamente el aroma de Draken cerca, lo busque con la mirada guiándome por mis instintos y lo encontré.
Estaba en uno de los balcones mirando la pelea.
¿Qué hacía en este lugar?
¿Cómo había llegado hasta aquí?
No se suponía que alguno de ellos se enterara de esto.
Y ¿Por qué él, de todos los demás?
Después de unos segundos me miró, estaba preocupado y seguramente exigiría alguna explicación, terminé perdiéndome entre mis pensamientos.
Hasta que me asusté al sentir algo puntiagudo rozar mi cuello, los ojos de Draken cambiaron a rojos sin dejar de mirarme, mientras que los míos se encendían en su característico celeste eléctrico y mis colmillos se hacían ligeramente más grandes y puntiagudos.
Sin pensarlo mucho alcé mis piernas golpeando en la cabeza al alfa que venía a golpearme, moviéndome lo suficiente para lograr morder el brazo que me tenía preso y soltarme.
Di unos cuantos pasos hacia atrás para analizar lo que pasaba mientras me limpiaba la sangre de la boca con una mano y con la otra me tocaba el cuello; al que había pateado se tambaleaba hasta caer desmayado y el otro, que había intentado marcarme, se tocaba y miraba su brazo herido.
Alzó la mirada furioso y gruñó soltando feromonas para someterme, separé mis piernas y flexioné un poco las rodillas alzando mis brazos con las palmas abiertas. Sonreí de lado con un leve gruñido, en el fondo agradecía a Draken por estar aquí, su aroma cerca repelía las del alfa frente a mí.
El alfa se acercó rápidamente con el puño en alto directo a mi rostro, moví mi cabeza a último momento y en unos segundos había tomado su brazo con mis manos e hice fuerza dislocando el codo contrario.
