En donde Hikaru Yoshida está enamorado de uno de sus mejores amigos...
O
En donde la ToMan sobreprotege a un omega que ni siquiera pertenece a la pandilla, aún cuando este puede llegar a ser el mismísimo diablo si se lo propone.
AU Omegaverse
Tokyo...
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Me quedé quieto mirando en dirección a las escaleras del santuario, sobé mis ojos pensando por un momento que estaba alucinando al ver a ese distintivo cuervo volar en mi dirección, estiré mis manos y se posó en ellas alzando las alas gritando "Hikaru" y "lindo" repetidas veces.
—Parece que te quiere... —escuché a Chifuyu a mi costado.
Estaba por responder pero me quedé callado al sentir distintos aromas acercarse, aromas que me trajeron viejos recuerdos.
No me había dado cuenta que el bullicio de mis amigos había cesado por completo y ahora murmuraban entre ellos, pero al estar un poco lejos no lograba escucharlos, solo veía que Smiley y Baji señalaban hacia la entrada con el ceño fruncido.
—¿Quiénes son ellos? —preguntó Takemichi sobándose la cabeza mientras se levantaba.
Miré en la misma dirección que los demás, dándome cuenta de las cuatro presencias nuevas en el lugar, mi boca se abrió ligeramente de la sorpresa al reconocerlos.
Habían cambiado demasiado en el tiempo en que no nos habíamos visto.
—¿No saben que este lugar es de ToMan? —preguntó Chifuyu comenzando a caminar en dirección a ellos.
Antes de que pudiera reaccionar, escuché un chillido agudo y luego me encontraba siendo abrazado en el suelo.
—¡Ahhh! ¡¡Ty tak zhe prekrasna, kak i v posledniy denʹ, kogda ya tebya videl!! (¡Estás tan hermoso como el último día en que te ví!!) —gritó en ruso sin dejar de abrazarme, así que le dí unas palmaditas en la espalda.
—También me alegro de verte Kanroji... —mencioné con la voz un poco ahogada—. Pero me estás aplastando...
En cuanto pareció entenderme se salió de encima, levantándose, sacudiendo su ropa y extendiendo su mano.
—Lo siento Hika —mencionó sonrojada y tomé su mano para levantarme.
Suspiré y miré a mi hermano, que estaba entretenido abrazando a los hermanos Kamado a unos metros e ignorando completamente a los demás.
—¡Te extrañé muchísimo!! —exclamó colgándose de mi brazo con una sonrisa y esparciendo su dulce aroma por el lugar
—Yo también te extrañé Roji-san —dije con una pequeña sonrisa.
—Ya suéltalo idiota, lo vas a incomodar —habló el peliblanco acercándose
—¿Cómo has estado Nemi-kun~? —pregunté llamándolo por aquel apodo que sabía que no le gustaba oír de mí, sonreí al ver que fruncía el ceño