En donde Hikaru Yoshida está enamorado de uno de sus mejores amigos...
O
En donde la ToMan sobreprotege a un omega que ni siquiera pertenece a la pandilla, aún cuando este puede llegar a ser el mismísimo diablo si se lo propone.
AU Omegaverse
Tokyo...
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Hikaru alistaba la comida en una bandeja, ya había terminado de desayunar e iba a llevarle comida a Mitsuya, que seguía durmiendo en el cuarto.
—Mooh~... Niisan... —llegó Yuki a la cocina mientras se sacaba las lagañas de los ojos y bostezaba—. ¿Qué vamos a comer?
—Caliéntate lo que quedó de ayer —mencionó Hikaru concentrado al colocar miel sobre unos panqueques
—¿Ah?! —exclamó mirando a su hermano con el ceño fruncido—. ¿Y eso...?
—Es lo único que sé hacer sin quemar, Yuki —mencionó sirviendo jugo de naranja en un vaso—. Es para Mitsu
—Espera... ¿Takashi está aquí? —preguntó girando la cabeza en todas las direcciones posibles con un puchero enojado—. ¿No es para mí~...?
—Nop~...
—Pero...
—Él normalmente se ocupa de sus hermanas, quiero que se relaje un poco —explicó suspirando y sonriendo al ver la comida en la bandeja—. ¿Y los demás?
—Tora está durmiendo, papá está en su oficina y Nozomi-san sigue en el cuarto de invitados —respondió Yuki encogiéndose de hombros—. Me desperté al escuchar ruido en la cocina...
—¿Vas a hacer algo hoy? —preguntó el de cabello corto
—Haré ejercicio dentro de un rato, luego tendré una llamada con unos amigos —respondió y sus ojos brillaron mirando a Hikaru—. ¿Te acuerdas de nuestro viaje a Rusia?
Hikaru se tensó por un momento y asintió con una pequeña sonrisa mientras agarraba la bandeja y salía de la cocina siendo seguido por el más bajo.
—¿Qué hay con eso? —cuestionó yendo a su cuarto—. Fue hace tiempo y... oh, ¿Con ellos vas a hablar?
Yuki asintió sonriendo emocionado.
—Mantuve el contacto mientras estuve en Londres... —explicó dando pequeños saltitos—. Y... hay una pequeña posibilidad de que vengan a visitarnos por unos días...
—¿Ahora? —cuestionó nervioso Hikaru frente a su puerta
—Hoy no, obvio, pero sería divertido volver a verlos... ah... ¡Los entrenamientos con ellos sí que eran otra cosa!! —mencionó Yuki sin dejar de sonreír y recordar
—Sí... seguro... —murmuró Hikaru con una sonrisa incómoda—. ¿Puedes abrir la puerta?
Yuki obedeció y al instante Hikaru entró a su cuarto cerrando la puerta tras de sí con el pie, sacudió su cabeza para olvidar esa pequeña conversación con su hermano.
