En donde Hikaru Yoshida está enamorado de uno de sus mejores amigos...
O
En donde la ToMan sobreprotege a un omega que ni siquiera pertenece a la pandilla, aún cuando este puede llegar a ser el mismísimo diablo si se lo propone.
AU Omegaverse
Tokyo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—No vas a ir —sentenció Keisuke
—¿Estás retándome? —cuestionó Yuki con el ceño fruncido.
—No te atreverías —mencionó Baji comenzando a enojarse—. Hikaru no te lo perdonaría
—¡Literalmente tiene la cabeza caliente!! —exclamó señalando la pared que compartía con el cuarto de Hikaru—. ¡Tenemos que separarlos! ¡Aún es muy joven!
—Déjalos tranquilos, no creo que vayan más allá —pidió el pelinegro tratando de tener más paciencia
—¡Tora! ¡Haz entrar en razón a este neandertal! —exclamó Yuki mirando al alfa que estaba tirado en la cama
—¿A quién le dices ñandertal?
—No me pagan lo suficiente para esto... —masculló el susodicho sentándose—. Bien, ¿Cómo los separamos?
—¿Tú también? —preguntó Baji indignado
—Oye, por más que tenga supresores encima, los lazos de los destinados son demasiado fuertes —dijo el de mechas saliendo de la cama
—¿Qué quieres decir? —preguntó Baji, ganándose un "idiota" de parte de Yuki
—Que el efecto de la medicina es poco y si no hacemos algo, Hika va a terminar con una mordida en el cuello, y nosotros acabaremos volando por la ventana en cuanto su papá lo descubra... —explicó Kazutora demasiado serio
—Agh, bien, vamos —accedió Keisuke.
Los tres salieron del cuarto y dieron unos pasos hasta estar frente a la puerta de Hikaru.
—Bien, ¿Y ahora qué? —cuestionó Baji
—No sé, no pensé llegar tan lejos —reveló Yuki encogiéndose de hombros.
A pesar de que la puerta estaba cerrada, el aroma de Hikaru se podía sentir perfectamente mezclado con el de Draken.
Yuki se hizo paso entre el par de amigos y agarró la manija del cuarto.
—¡Espera! —interrumpió Baji—. ¿Y luego qué?
—Faltan diez minutos para que llegue tu papá —le dijo Kazutora a Yuki, quien asintió y abrió la puerta.
—¡Mierda! —exclamaron Kazutora y Baji al mismo tiempo.
Las feromonas dentro del cuarto salieron abruptamente del lugar, haciendo que los tres se cubrieran la boca y la nariz, casi al mismo tiempo y en cuestión de segundos, Yuki examinó la situación.
