Al cabo de un rato, nuestros amigos salían de la institución. Nobita muy alegre caminado junto con Dekisugi, “Lo eh juzgado de muy mala manera, bueno ahora que lo pienso no hay motivos para considerarlo un enemigo” pensaba el joven azabache el por que era en un principio un poco distante con Dekisugi (así es la razón por ya que era un tanto distante es... jovencita Shizuka).
“Muy bien, nos vemos en tu casa” nuevamente Dekisugi lo sacaba de sus pensamientos. Para que después esté se retirará a toda prisa, ya que hoy si tendría entrenamiento de fútbol.
Nobita se despidió de su amigo y este también tomaba el camino hacia su hogar, en el trayecto se percato de que el ambiente estaba algo pesado, era como si algo muy malo fuese a ocurrir. Se encontraba tan distraído que, sin querer piso la cola de un perro que se encontraba echado.
“Lindo perrito” decía el azabache tratando de que el animal se tranquilizara “N‐no era mi intención lastimarte” más sin embargo no fue así, el animal se acercaba lentamente, gruñendo y mostrando los colmillos listo para arremeter contra Nobita.
Nobita por su parte daba pequeños pasos hacia atrás al ver la furia del animal, sabía que no tenía escapatoria, estaba listo para correr pero también sabía lo lento que era “No tengo salvación” pensaba al mismo tiempo que trataba de correr sin embargo su cuerpo parecía no responder a esa idea.
Cerró sus ojos, esperando una posible mordida, pero al cabo de unos instantes no pareciese sentir ese dolor tan abrumador en sus extremidades (por poco me entierra un perro los colmillos, pequeño dato extra de mi).
Pero al cabo de unos cuántos segundos, un pequeño chillido sonó cual eco, Nobita abrió los ojos para ver qué produjo dicho sonido para encontrarse con la gran sorpresa de que el perro parecía temerle, “Pero que, si se miraba que no me tendría piedad” murmuro lo más bajo posible.
El perro se alejaba lentamente del azabache, su cara de enojo paso a una de terror, era como si algo o alguien oscuro estuviese rodeandolo o más bien estuviese detrás de Nobita, el animal no perdió más el tiempo y salió corriendo además de producir pequeños gruñidos casi suplicantes.
Nobita al ver la reacción del animal, quedó completamente confundido pero al mismo tiempo muy feliz ya que se había librado del animal. Rápidamente tomo su mochila que por el miedo dejo caer, y siguió su camino.
“Ya eh llegando” habló, abriendo la puerta, sin embargo no escucho una posible respuesta por parte de su madre “Que extraño” pensaba al mismo tiempo que se quitaba los zapatos, al caminar un poco más justo a un lado del teléfono se encontraba un pequeño papel, el azabache enseguida lo notó. “Es una nota de mamá” murmuro abriendo el recado para disponerse a leerlo.
*Nobita hijo tuve que salir, una amiga acaba de llegar y me pidió que si por favor le enseñaba el barrio, no te preocupes estaré en casa antes de que tu padre llegué, te deje el almuerzo listo y por favor haz los deberes*.
Nobita leyó unas cuantas veces más ese recado, haciéndolo bolita lo tiraba al cesto de basura.
Subió a su habitación para hacer los deberes (tareas) sentándose en su escritorio y con el cuaderno abierto trataba de resolver los problemas que afortunadamente gracias a la ayuda por parte de Dekisugi está vez los comprendía mucho mejor, al cabo de una hora cerraba su cuaderno y lo metía a su mochila.
Se estiraba muy aliviado “No entiendo por que no hacía esto antes, me ahorraría tantos regaños por parte de mamá y del profesor” se decía a si mismo mirando a través de su ventana.
Continuo así por un largo rato, no fue hasta que su estómago comenzaba a gruñir como si fuese el perro que por poco lo muerde.
Se levantó de su silla para dirigirse a la cocina, bajo las escaleras con tranquilidad pero un chillido muy similar al de un gato lo puso en alerta “Sonó como si estuviese arriba… en mi cuarto” dijo para después regresar tratando de ser lo menos ruidoso posible ya estando en la puerta procedía a abrirla de golpe ya que aún se escuchaban esos extraños ruidos.
“No hay nada” se dijo ya un tanto molesto, camino hacia su armario “Esto ya es el colmo” decía mientras que inspeccionaba, para no encontrar absolutamente nada.
El azabache decidió ignorar eso, su hogar era el único lugar donde estaba seguro de las bromas de sus compañeros, como la más reciente que enserio no le gusto para nada.
El teléfono sonó repentinamente, Nobita no perdió más el tiempo y salió disparado para atender el llamado, después de que transcurrieron unos minutos, esté se disponía a almorzar. “Había olvidado por completo que hoy vendrían a mi casa” recordando que efectivamente estaba en un equipo de trabajo.
Enseguida sus compañeros llegaban a su casa, el primero fue Suneo, seguido por Dekisugi que venía con Shizuka ya por último fue Gigante que llegó a toda prisa casi sin aliento se disculpaba “Mamá me pidió que fuese a entregar unas cosas y se me hizo tarde”.
Nobita de muy buena manera, los diría a su cuarto que se encontraba obviamente en la planta alta “Lamento el desorden” decía al percatarse de que su habitación estaba un tanto descuidada.
“No pasa nada Nobi” Dekisugi al igual que Nobita de muy buena manera se dirigía al joven de lentes “Este… cambiando de tema… al final el tema será sobre cosas paranormales”.
“Si yo creo que sí, además no estaría nada mal exponer algo diferente a los demás compañeros” Suneo parecía dar apoyo a la idea, sabiendo que posiblemente alguien que usa lentes se molestaría.
Nobita notó eso sin embargo no mostraría su enojo “Eso sería una victoria para él, no pienso darle el gusto”.
Afortunadamente para nuestro amigo, pudo contener su enojo haciendo que Suneo solo frunciera el ceño (ándele no que no, si ese Nobita ya le anda agarrado la onda).
Así transcurrieron aproximadamente 1 hora y media gracias a los libros que de casualidad tenía no solo Dekisugi sino que también Suneo traía unos consigo, lograron terminar el borrador de dicha presentación solo es cuestión de darle unos detalles más y ver que se podía modificar pero al menos ya tenían lo más importante.
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Doraemon: Un nuevo compañero.
FanfictionNobita sin querer se topa con un extraño ser, al principio las cosas entre ellos no van para nada bien pero con el tiempo todo puede cambiar.