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“Me estás escuchando Nobita” su madre nuevamente hablo “Yo no te e enseñado que escondas así las cosas” refiriéndose a los exámenes y pues tal vez a su camiseta.

Nobita aún no sabía que responderle a su madre, de todas formas no era buena idea hacerlo ya que probablemente ella lo regañaría más fuerte. Aún así en su mente solo estaba la duda de el ¿Por qué su playera estaba así? “Mamá ya puedo subir a mi cuarto” fue lo único que dijo.

Afortunadamente su madre, como lo había dicho en cuanto su padre llegara entre los tres tendrían su conversación, dándole un si a su hijo, está se dirigía al cuarto de lavado (a lavar se a dicho okey no).

Nobita por su parte subió, dejando la mochila a un lado rápidamente se tendía en el piso para echarse la siesta, se sentía cansado, muy cansado. Pero enseguida recordó que tenía tarea “Si quiero que ya no me estén regañando por mis calificaciones, tengo que poner de mi parte” dándose ánimos y levantándose para dirigirse a su escritorio.

Busco los cuadernos en la mochila y para que a los diez minutos, el azabache empezaba a quedarse dormido, hasta que de repente una idea se le ocurría “Y si le pido ayuda a Dekisugi, lo más probable es que el le entienda” murmuraba a si mismo.

Tomando una especie de mochila de color azul metía los 3 cuadernos y disponerse a salir “Pero, dudo mucho que mi madre me de permiso, y si le digo que voy a casa de Dekisugi lo más probable es que acceda” pensando muy bien su estrategia.

Al cabo de unos minutos el azabache salía de su casa “4:25 PM” miraba su reloj de mano que por alguna razón su padre le regaló el día de su cumpleaños número 10.

Corriendo a toda prisa para llegar a tiempo, antes de salir llamó a su compañero, para saber si estaba disponible y afortunadamente así fue ya que su entrenamiento de fútbol fue cancelado.

“Buenas tardes” decía mientras que la madre de Dekisugi salía ya que alguien tocó el timbre “Quede con su hijo de hacer la tarea juntos”.

“Claro, por favor entra” la señora muy amablemente dejaba que el entrará primero. “Mi hijo está en la parte de arriba, pasa, pasa”.

“Gracias” respondía el azabache mientras se quitaba los zapatos. Ya estando en la habitación de Dekisugi, esté trataba de explicarle cómo se resolvían los problemas. Su paciencia era tan grande, eso agradecía Nobita ya que con tiempo y dedicación (y la paciencia obviamente) lograron terminar la tarea en muy poco tiempo.

“Traje el almuerzo” hablo su madre abriendo la puerta lentamente ya que tenía las manos ocupadas. “Mamá te ayudo” propuso Dekisugi al ver las dificultades que tenía. “Muchas gracias hijo, bueno, Nobita espero que te gusten las galletas con un poco de té” dijo antes de salir y dejarlos solos otra vez.

“Bueno tenemos algo de tiempo así que disfruta del almuerzo” hablo Dekisugi mirando su reloj de pared “5:45PM” después de mirar se sentaba en su cama e invitaba a qué Nobita hiciera lo mismo. Él sabía de los problemas por los que el joven de lentes atravesaba, (bueno solo los problemas de aprendizaje y del bullying que sufría).

“Oye Nobita” hablo enseguida de que el azabache comenzará a consumir las galletas.
“Si” medio respondió ya que no le parecía bien hacer esperar a Dekisugi “Ocurre algo”.

“Bueno es que eh notado los problemas que sufres y pues no sé si debería hacer algo es que realmente me preocupas, tal vez no hablemos mucho” decía mirando al azabache.

Nobita se quedó callado, la persona que menos se imaginaba, quería ayudarlo, realmente era así o simplemente Dekisugi también quería jugarle una de esas bromas tan pesadas y que solo terminaban por herirlo más, “Realmente quieres ayudarme” decía al mismo tiempo que trataba de no salir corriendo.

“Claro que lo digo, es enserio, sabes no todos somos como Suneo así de presumidos y como Gigante un busca pleitos que le gusta golpear a los más débiles” con una pequeña sonrisa tratando de que el azabache aceptará su ayuda. “Quiero que seamos amigos”.

“De-Dekisugi” no sabía que decir, finalmente tendría a alguien con quién convivir “Por su puesto que somos amigos” sus lágrimas salían de la felicidad, las cosas estaban saliendo a su favor.

“No tienes de que preocuparte por tus calificaciones yo le pediré al profesor de que me ponga como tu tutor, de esa manera podré ayudarte en ese sentido” decía a su vez que colocaba su mano en su hombro “De lo demás con el paso del tiempo veremos qué podemos hacer”.

Nobita asintió alegremente, después de esa conversación y después de terminarse las galletas se disponían a jugar un rato, sin embargo Nobita notaba que unos libros un tanto curiosos que estaban como que escondidos. Así que sin miedo le pregunto a Dekisugi sobre ellos al mismo tiempo que los sacaba.

“Ah esos libros son de temas sobre el bien y el mal” explicaba mientras tomaba uno de esos libros “Se que muchos piensan que porque soy inteligente no me llame la atención este tipo de cosas” decía graciosamente.

“Entonces ¿Crees en las cosas paranormales?” pregunto más curioso que nunca.

“Podría decirse que si” respondió el joven mirando a Nobita “Me llama mucho la atención eso de las maldiciones, rituales bendiciones o más fácil los ángeles y demonios ” (ja ya somos dos).

El azabache está más curioso que nunca, sin embargo miro el reloj “6:55 PM”. Ya era demasiado tarde así que rápidamente metía sus cuadernos a la pequeña mochila y salía como flecha no sin antes de despedirse de su amigo y de darle las gracias a él y a su madre.

Rápidamente seguía a toda prisa, hasta que de repente y como un auto se detuvo, casi patinando; recordando que le esperaba una muy bonita plática por parte de sus padres. “No me queda más de otra” murmuro para después nuevamente se disponía a correr y llegar antes de que la noche fuese más densa.

Doraemon: Un nuevo compañero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora