MERCY (Libro 3)

Capítulo 22

—Déjame ser bien claro, no soy gay —Clary abrió la boca para contradecirlo, pero Alec coloco un dedo en sus labios silenciándola—, lo que tengo con Jace es fraternal, la razón de mi reacción allí en la guarida de ese brujo no es por lo que te imaginas —Alec suspiro con cansancio—. Jace es el tipo de chico que cree que todo el mundo cae enamorado de él, yo no fui la excepción, por mucho tiempo él ha creído e insinuado que él me gusta de forma romántica. Mi hermana incluso lo cree, su pensar se refuerza dado que jamás he salido con nadie.

—¿Jamás has tenido pareja? —pregunto sorprendida Clary. Alec le mando una mirada fría—, ya me calló.

—No, nunca he tenido pareja, no le veo el sentido de tener una, llamarse todos los días para saber cómo están, salir a perder el tiempo por la ciudad, los celos, los problemas. No es lo mío, no entiendo porque muchas personas quieren una relación. Para mí solo es una pérdida de tiempo.

—¿Cómo pues decir eso?, estar en una relación es lo más bonito del mundo, compartir un vínculo amoroso con una persona, sentirse amado, entendidos, importantes y seguros entre ellos. Tener una atracción, intimidad y compromiso, sentirse apoyado —Clary sonrió. Alec seguía sin comprender—. El amor es aterrador como... mágico —Clary soltó una risa nerviosa—. No sé si entiendes lo que digo, tampoco es como si alguna vez me allá enamorado de alguien.

La expresión de Alec se suavizo y en su interior sintió paz con tan solo oír esa confesión, algo que también lo extraño y desconcertó no sabía porque él se sentía así.

—Amor —susurro Alec y el corazón de Clary se aceleró—. No creo en tal cosa.

—Eso es demasiado triste.

— ¿Triste?

—La vida es muy cruel ya sea para un mundano, un subterráneo o incluso nosotros los Shadowhunter, por lo que comprendo nuestra vida está llena de muerte, desolación y tristeza. Si todos dejaran de creer en el amor entonces para que vivir.

Alec se sintió azorado ante sus palabras. Se alegó dos pasos de Clary y la miro con detenimiento. Clary se sentía aliviada por la lejanía, pero también decepcionada, sentir el aliento de Alec sobre su rostro la tuvo nerviosa, el olor a menta de su boca la relajaba y el perfume que desprendía su cuerpo era atrayente, como si te invitara a hundir tu nariz en su cuello y no salir de ahí.

—Yo viviría por los pasteles y el café, el mundo y la vida perdería su significado si se perdieran esos placeres ¿No lo crees? — Alec fingió desolación.

—¿Estas siendo sarcástico conmigo? —pregunto Clary un poco molesta.

—Para nada, el pastel y el café sin importar de que sea es lo que más disfruto, estoy seguro que si alguien intentara conquistarme así, me replantaría el tema del amor.

Clary abrió los ojos sorprendida.

—Pero no es momento para esto, tenemos cosas que hacer, hay que movernos antes de que se den cuenta de que no estamos en el instituto.

Caminaron cinco cuadras más hasta llegar a un callejón cubierto de grafitis por todos lados. Simon se encontraba esperándolos en medio del callejón a lado de un camión de comida con las llantas ponchadas y al igual que el callejón lleno de grafitis. Clary al verlo se lanzó a sus brazos para un abrazo. Alec desvió la mirada con desagrado al ver la muestra de cariño entre los amigos.

—Hola gracias por estar aquí —susurro Clary.

Alec arremedo a Clary en su mente con burla y desagrado.

—No te dejare hacer esto sola —declaro Simon.

Alec vio que Simon tenía sus manos en la cintura de Clary y ella lo abrazaba por los hombros esa posición y cercanía lo fastidio por lo que se atravesó entre ellos para que se soltaran y alejaran.