Clary caminaba inquieta entre las mesas del restaurante, dando vueltas una y otra vez por el lugar, mordiéndose las uñas sin dejar de mirar las puertas que daban a la cocina. Luke no le había permitido estar al lado de Jace mientras se realizaba la transfusión. No era como si fueran a desnudarlo o que ella no soportara ver sangre, por favor, fue la más entusiasta en la disección de su rana en la clase de biología, incluso Simon había declarado que era terrorífica. Y aun así, aquí estaba, muriéndose de intriga por la salud de Jace. Por un momento, solo un efímero segundo, estuvo tentada a pedirme al supuesto padre de Jace que le dejara entrar con ellos. El hombre aún le resultaba algo aterrador, su mente no dejaba de lado la desconfianza que sentía al verlo, su propio cuerpo se llenaba de escalofríos al escuchar su voz.
En su décima octava vuelta, con las uñas carcomidas y arruinadas hasta la raíz, Michael Wayland salió por las puertas de la cocina hacia ella. El hormigueo de peligro en su cuerpo que el hombre provocaba en ella no impidió que se acercara a él deseosa de escuchar buenas noticias.
—La transfusión de sangre ayudo, está mucho mejor. —informó con una tenue sonrisa de alivio—. Él querrá verte.
Al ver una autorización para ver a Jace, se encamino hacia las puestas de la cocina con rapidez, pero fue detenida por la titubeante voz del hombre:
—¿Puedo hablar contigo un minuto?
Clary apretó sus manos a sus costados. Una parte de ella quería darle la espalda y marchar hacia Jace, pero otra parte, la más problemática que siempre la mete en problemas y le hace cometer impulsos sumamente cuestionables en ocasiones, ganaba territorio.
—Por supuesto. —murmuró, con desconfianza en los ojos. Apretó los labios con fuerza, colocando una expresión de indiferencia antes de volverse completamente hacia el hombre.
Michael se sentó en una de las mesas, esperando a que Clary se sentara frente a él, pero la chica no se movió ni un centímetro, no pudo ocultar su rostro de asombro, pero comenzó a hablar para relajar el tenso ambiente.
—Yo... siento como si te conociera. Eres muy parecida a tu madre. Eres valiente y amable. Y piensas por ti misma. Un poco... terca tal vez.
Una tenue sonrisa surco los labios de Clary, aligerando el ambiente.
—Sí, yo... debería trabajar en eso.
Michael sonrió encantado cuando Clary se acercó al fin a la mesa, pero se tensó al ver que no se sentaba.
—Tal vez no. —dijo con voz tenue y cansada—. Le sirvió a Jocelyn. Ella se ocultó de Valentine el tiempo suficiente para que crecieras sin él envenenando tu mente.
Clary hizo una mueca, en desacuerdo con sus palabras.
—Fue complicado. La forma en que crecí. Pero sé que me quería sin importar que.
—No había otra opción para ella. —La expresión de Michael vacilo por un momento, sin saber si debía o no decir las siguientes palabras—. Yo... sabía que estaba embarazada cuando huyo de Valentine. Pero nunca le dije, sin importar lo mucho que me atormentara para obtener información de su paradero.
Clary miró con el entrecejo fruncido al hombre. Sin ser consciente y para deleite del hombre al fin se sentó frente a él.
—Valentine creía que mi madre había muerto, ¿porque preguntaría por ella?
—Él jamás cayo en su supuesta muerte, el mismo fingió la suya y encontró las fallas en la de tu madre, incluso las señalaba con una sonrisa cada año en la fecha de su supuesta muerte. Era mi día libre, por así decirlo, me sacaba de mi jaula y solo hablaba y hablaba sin torturarme. Siempre hablando de lo mucho que la amaba, estoy seguro de que te habría amado también.
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MERCY (Libro 3)
أدب الهواةClary entra en un mundo en el que jamás en sus locos sueños creyó que existiera, aventuras sorprendentes y aterradoras le esperan pero no todo será perfecto en su viaje a ser una Shadowhunter... un amor traicionero ...