❝𝐀𝐋𝐀𝐍𝐘𝐒 𝐑𝐎𝐒𝐒 pasó toda su vida tratando de demostrar lo fuerte y capaz que era para cualquier tarea. No fue hasta que comenzaron a sucederle eventos que no podía mantener bajo su control que todo lo que había construido se derrumbó.
𝐅𝐑𝐄...
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Nada que celebrar
Advertencia: Consumo de alcohol en menores y lenguaje vulgar.
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Fred y George al fin tenían algo que hacer entre clases.
Sortilegios Weasley estaba en pruebas de algunos caramelos que venderían en la escuela ese año. Alec, Fred y George eran los primeros conejillos de indias en consumirlos para ver los efectos que tenían. Foxy era buena con las pociones, pero necesitaba echarles un vistazo a los efectos secundarios de los caramelos para agregar o disminuir los ingredientes para que quedaran en las proporciones ideales.
Había tomado bastante tiempo el elaborar los caramelos que podían causar problemas en la persona que los tomara, era por eso debía ponerles especial atención. Hasta ese momento los que estaban en pruebas eran los del surtido saltaclases, que consistían en caramelos de la fiebre, bombones de desmayo, pastillas vomitivas y turrón sangranarices.
Planeaban elaborar caramelos de la verdad en cuanto Foxy aprendiera a hacer el veritaserum perfectamente. Lo había elaborado ya algunas veces, pero Fred y George aún conseguían decir una que otra mentira cuando lo bebían. Mientras, todavía tenían que perfeccionar los que ya estaban aprobados.
Sin embargo, un efecto secundario que tenían los caramelos de la fiebre luego de los ajustes para que la temperatura no subiera a más de treinta y nueve grados, eran unos enormes granos llenos de pus que se veían muy dolorosos. Alec tenía la espalda llena de pústulas gigantes que amenazaban con reventar, mientras que Fred y George aseguraban que tenían el trasero lleno de ellas y que no se veía nada bien.
La pelinegra agradecía ser la que elaboraba los dulces, no quien los probaba. Así que aprovechaba cada vez que podía para recordárselos.
—¡No es gracioso, Fo! —se quejó George—. Deberías buscar algún remedio para que dejen de doler así, nos impide desarrollar nuestras actividades con normalidad.
—¡Ustedes dos no tienen nada que hacer! —se quejó—. Deberían buscarla, yo suficiente tengo con ayudarles a hacer sus caramelos mataniños, estudiar para mis EXTASIS y cumplir con todas las tareas de las clases de mis asignaturas.
