❝𝐀𝐋𝐀𝐍𝐘𝐒 𝐑𝐎𝐒𝐒 pasó toda su vida tratando de demostrar lo fuerte y capaz que era para cualquier tarea. No fue hasta que comenzaron a sucederle eventos que no podía mantener bajo su control que todo lo que había construido se derrumbó.
𝐅𝐑𝐄...
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Antes de la tormenta.
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Cuando Harry llegó al número doce de Grimmauld place, la noche estaba tranquila en la casa.
Alec estaba en la cama, coloreando uno de los libros que le había dado Aidan; mientras que Foxy se encontraba con los gemelos haciendo pruebas con los caramelos de la fiebre.
Llevaban ya un par de horas ordenando sus planes y haciendo bromas sobre como pasarían los caramelos desapercibidos. La idea de tener una tienda de artículos de broma les había encantado a los Ross desde antes de saber que tenían el dinero para ponerla, incluso cuando les mencionaron que Harry les dio el oro del torneo.
"Mil galeones no pueden ser desperdiciados" —Había dicho Alec con un nudo en la garganta. Después de todo, aquel negocio les traería muchas sonrisas y buenos momentos en un futuro.
Ambos sabían que si Cedric hubiera usado el dinero, lo utilizaría para algo que hiciera felices a sus amigos y a su familia.
—Si le ponemos un poco más probablemente la fiebre aumente lo suficiente como para ir a la enfermería unas horas, ¿no? —preguntó George, tomando el pequeño caramelo de dos colores y lo analizó entre las yemas de sus dedos.
—Pero ya no agregaré más jengibre, no queremos que nadie convulsione. Nos.... —Foxy fue interrumpida por el sonido de una voz masculina furiosa.
Por una milésima de segundo, les pareció algo raro, pues Ron no hablaba así, pero les costó un momento reconocer que era el mejor amigo del pelirrojo.
Los cuatro se voltearon a ver.
—¿Esa es la voz de Harry? —preguntó Alec levantándose de la cama e invocando sus zapatos con su varita.
—¡AH, YA!, NO HAN ESTADO EN LAS REUNIONES, ¡QUÉ BIEN! PERO HAN ESTADO AQUÍ, ¿VERDAD? ¡HAN ESTADO JUNTOS!
Los gritos enojados de Harry hicieron que los cuatro se miraran confundidos, Fred y George sonreían divertidos, mientras que Foxy tenía los ojos muy abiertos debido a la sorpresa de escucharlo así. Generalmente Harry era un chico muy tranquilo, a excepción de ciertas ocasiones.
