❝𝐀𝐋𝐀𝐍𝐘𝐒 𝐑𝐎𝐒𝐒 pasó toda su vida tratando de demostrar lo fuerte y capaz que era para cualquier tarea. No fue hasta que comenzaron a sucederle eventos que no podía mantener bajo su control que todo lo que había construido se derrumbó.
𝐅𝐑𝐄...
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No se metan conmigo.
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Había murmullos y quejas en el gran comedor.
—¡No es justo! —los gritos comenzaron en el gran comedor.
El alma de la pelinegra volvió a su pequeño cuerpo cuando escuchó los gritos de los estudiantes de Hogwarts.
Era el primer día de su llegada al colegio y Dumbledore había anunciado un acontecimiento tan importante que estuvo en boca de todos desde tiempo atrás. Era el evento que tanto había estado sonando en los mundiales de quidditch:
El torneo de los tres magos —el cual no se había celebrado desde hace poco más de un siglo por su potencial riesgo para los estudiantes— sería celebrado otra vez. Ahora el Colegio Hogwarts de magia y hechicería era el orgulloso anfitrión.
Sin embargo, la condición era que solo participarían estudiantes de diecisiete años en adelante, esta noticia supuso problemas entre los jóvenes que se encontraban ansiosos por participar. Entre ellos, Alec Ross.
Foxy volteó a la mesa de Slytherin donde se encontraba su hermano, que estaba tan enfadado por la noticia, que se levantó del Gran comedor y se dirigió a la salida, tirando algunas cosas que se encontraban en su camino.
¿Podrías ser más dramático, Alec Ross? —pensó ella.
Se levantó lo más rápido que pudo después de verlo irse.
Su hermano, un joven de apenas dieciséis años, podía caminar el doble que ella en cada paso que daba. Sabía muy bien que tenía que volar antes de poder alcanzarlo caminando o corriendo.
Corrió hasta el lugar más cercano donde su berrinchudo hermano pudo haberse escondido; los jardines de Hogwarts. El trayecto no era muy largo, sin embargo, se tardó unos minutos en llegar, debido a que miraba con atención a cada rincón.
La noche estaba lluviosa, y por un segundo pasó por su cabeza que Alec jamás saldría a mojarse por un berrinche, pero conociéndolo de toda la vida, estaba segura de que era capaz de lanzarse al lago negro por un enojo repentino.
