❝𝐀𝐋𝐀𝐍𝐘𝐒 𝐑𝐎𝐒𝐒 pasó toda su vida tratando de demostrar lo fuerte y capaz que era para cualquier tarea. No fue hasta que comenzaron a sucederle eventos que no podía mantener bajo su control que todo lo que había construido se derrumbó.
𝐅𝐑𝐄...
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El cobarde Ross
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Evitar los ojos grises de su mejor amigo era como recibir un Crucio directo al pecho.
Alec nunca había recibido un Crucio, pero creía fielmente que era una sensación similar a la que experimentaba cada vez que tenía que esquivar la mirada suplicante de Cedric. No hablarle era la cosa más difícil que había tenido que hacer en su vida, y le resultaba increíble seguir haciéndolo a pesar de que se moría por aclararlo todo con él, disculparse y hacer como si nada hubiera pasado.
No podía dejar de pensar en él besándole el cuello y pasándole las manos por el cabello, acercándolo cada vez más a su cara y a su cuerpo semidesnudo. Se sentía mal al recordar que Cedric salía con Cho y que él por primera vez tenía sentimientos de amor por alguien que no fuera su mejor amigo.
Se lo había contado a Aidan con lágrimas en los ojos y el rubio asintió con una sonrisa triste. No estaban de novios oficialmente porque Aidan no quería atarse a nadie antes de salir de la escuela. Pero para Alec era algo más que su primera relación en el colegio y creía que tal vez era algo que duraría para siempre.
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Su primera cita había sido un picnic unos días después del cumpleaños del pelinegro, detrás del campo de quidditch. Aidan había pedido a su tía las mejores recetas que le preparaba a su prima y a él cada vez que hacían uno en la parte de atrás de su casa.
