Soy consciente de que estoy dentro de un recuerdo en forma de sueño. Recuerdo haberme ido a dormir en cuanto llegue a casa de Nana tras salir huyendo de Rohdiamant, tras haber soltado una babosada. Y aún con eso, sigo sintiendo que estoy viviendo el momento otra vez.
En mi tiempo en corea, tocar la guitarra y cantar en medio del salón durante las horas de almuerzo era una de mis actividades favoritas. Solamente, una vez al año se sentía extraño cantar, pero cada aniversario luctuoso de mi padre, canté y cantaré como un homenaje para él.
Ese día en especial me sentía más decaída que otros años, porque estaba lejos de Cameron, de Adrien, de Nana, de mi abuelo. Fue el primer aniversario luctuoso de mi padre que pasé sola.
—Adieu mon homme —rasgue con suavidad las cuerdas de mi guitarra—. Je dois vivre sans tes bras.
Me encantaba escuchar mi voz sonando en las paredes vacías. Tuve que tomarme un tiempo para respirar y poder seguir adelante sin que las ganas de llorar me envolvieran.
—Et dans les bras d'autres hommes —eleve mi tono, cerrando los ojos. Imaginé que estaba acompañada para que eso me permitiera continuar—. La nuit, c'est toi que je vois.
Ya había intentado cantar esa misma canción en otras ocasiones, y siempre me quedaba atascada en ese mismo lugar. Menos mal que ya había cantado otra. Papá siempre me perdonó no poder cantar algunas canciones porque no alcanzaba los tonos o tras desafinar vergonzosamente.
No sé en qué momento la sala fue invadida por otras dos personas, pero al abrir los ojos quede en una especie de Shock.
—Te lo dije, Soyeon. ¡Es una cantante increíble! —comentó con entusiasmo Eun-ji.
Solté el más grande de los gritos.
Nunca escuché llegar a Eun-ji, ni si quiera registré que ella y una manager joven de rostro serio se habían sentado frente a mí.
—Eso he escuchado —contestó la otra chica—. ¿Mallory, cierto?
—A-así es.
—Supuse que no habías comido y te compre algo de pollo frito. Pero no le digas a los entrenadores o me matarán —Eun-ji extendió hacia mí una caja de comida, de esas que vemos en películas o series estadounidense de forma curiosa.
Le di las gracias en voz baja y dejé con cuidado mi guitarra a un lado, para degustar con comodidad mi comida.
—Mallory, ¿en qué edificio estas? —preguntó de pronto Eun-ji con la boca llena de comida.
En la agencia, nos daba habitación que teníamos que compartir. El edificio A estaba cerca de la sede principal y era mixto, en él se quedaban principalmente los Trainees con mayor experiencia o próximos a debutar. El B era de uso exclusivo para varones y el C era para las chicas.
Aunque si podías pagar una habitación en el edificio A, podías quedarte, aunque no tuvieras mucho tiempo en la agencia. Pero, ¿por qué pagar cuando puedes tener una habitación gratis?
—Estoy en el C —murmuré no muy orgullosa.
—¿¡Tendrás una cama libre!? —gritó Eun-ji haciendo que me encogiera en mi lugar—. Lo siento, es que Soyeon lleva tiempo queriendo cambiarse de habitación.
—Mi compañera hace mucho ruido, no me deja dormir —informa Seoyon.
—Sí, de hecho, sí —dije—. No es como que muchas quieran compartir habitación conmigo.
—¿Por qué? —Soyeon se llevó una pierna de pollo frito a la boca con poca elegancia.
—Ah, es cierto. Soyeon, no eres de nuestra área —Eun-jin tomó un trago de una gaseosa sabor fresa—. A Mallory la conocen como la chica muerte.
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Cupido del Diablo
RomanceTodas las buenas historias tienen un apartado, un pequeño lugar, un rincón donde puedes enterarte brevemente de la trama... menos la mía. Porque no sé si sea buena para explicarlo, y menos sé si mi historia ha terminado. Derek dirigirá la empresa d...