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Estoy harta de toda esta mala suerte,
Escuchando otro "mantén la cabeza en alto"
¿Alguna vez va a cambiar?,
Así que solo déjame rendirme, solo déjame irme 
Si esto no es bueno para mí, bueno, no quiero saberlo
Solo déjame parar de intentarlo, déjame parar de pelear

Katelyn Tarver - You don't Know

Katelyn Tarver - You don't Know

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Lo extrañaba. Demasiado.

Constantemente lo veía rondando por la mansión, haciendo trabajos para Kris o bromeando con Kai, pero no se atrevía a acercarse a él, tenía tanto miedo de que intentara lastimarlo de nuevo, pero a la vez su compañía le hacía tanta falta, se sentía tan solo.

Kris había cumplido con su palabra y se había encargado de entrenarlo él, ayudándolo a perfeccionar su modo de pelea y de vez en cuando regresaban al campo de tiro para practicar con el arma.

Las cosas se estaban desarrollando bien y los días pasaban volando, cuando menos lo pensó, ya tenía más de un mes entrenando y su margen de error era bajo.

Pero llegaron a un punto de su entrenamiento que realmente lo superó. 

— Sígueme.

Había dicho el mayor, con una sonrisa y una satisfacción en su rostro, en ese momento Tao supo que las cosas irían mal. No le dijo nada más ni lo volvió a mirar, simplemente caminó, sabiendo que lo seguiría.

Salieron de la mansión y caminaron en dirección contraria a las bodegas de Xiumin. Había decidió llamarlas así porque este se encargaba de ellas y pasaba casi todo el día ahí dentro.

Algo alejado de la enorme casa se encontraba más bodegas, enormes estructuras que parecían abandonadas, con paredes en mal estado y maleza descuidada a los alrededores, el lugar se veía realmente aterrador. 

Tragó saliva, no estaba muy seguro de seguirlo.

Pero sabía que no le quedaba otra opción más que obedecerlo, cuando el mayor abrió la enorme puerta de una de las bodegas un horrible olor a humedad y sangre llenó su nariz y sintió su cabeza dar vueltas, el oscuro lugar le traía horribles recuerdos. 

Kris lo obligó a entrar y cerró, dejándolos en la oscuridad por unos segundos hasta que los focos iluminaron todo. El lugar parecía estar abandonado, pero no le costó entender para qué lo utilizaban. Su cuerpo se estremeció lleno de terror y miró alarmado al mayor.

¿Por qué lo había llevado ahí?, ¿Qué quería hacerle? 

— Kris. —Su voz sonó tan baja y el mayor sonrió al notarlo tan asustado.

Se acercó por detrás de él y lo abrazó por la cintura, acariciando su cuello con los labios.

— ¿Qué pasa, Tao? —Comenzó a reír— ¿Estás asustado?

Cruel (KrisTao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora