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— ¡¡Joder Jongdae!! —Kai gritó, cerrando sus ojos y poniendo su cabeza contra el respaldo del sofá donde se encontraba sentado— ¡¡Apresúrate, necesito dormir!! —Colocó su brazo sobre sus ojos, tratando de bloquear la luz y poder dormir un poco antes de que su amigo se decidiera.

Jongdae les había pedido que fueran al medio día al living y que ahí lo esperaran, que -según él- ya tendría un poco de información para comenzar con su búsqueda. Pero ya había pasado una hora desde que estaba ahí sentados y el chico no parecía querer salir a hablar con ellos.

— Es lo que haces siempre —murmuró Kris, levantando por un momento la mirada, para observar al moreno, pero volvió a mirar, segundos después, el arma entre sus manos— Con unas horas que no duermas, no te vas a morir.

Jongin frunció el ceño al escuchar la voz del mayor y se levantó, señalándolo con enojo, éste sólo se encogió de hombros, restándole importancia a lo que tuviera que decirle.

— Mira, amigo mío —comenzó a hablar, pero fue interrumpido al instante por el mayor.

— ¿Somos amigos?

— Ahí te equivocas —continuó, ignorando lo que había dicho, Kris sólo rodó los ojos con cansancio— Puedo morir —sentenció.

— Espero que sea pronto. —Sus palabras volvieron a ser ignoradas por la irritante voz del menor.

— Imagina esto. —Se sentó lo más cerca que pudo de él y le tocó el hombro, tratando de llamar su atención, pero al ver que no podía, le arrebató el arma de las manos con enojo, escuchando al instante como gruñía— Atacan la mansión y comenzamos un tiroteo, por tener sueño me distraigo y me disparan por la espalda —exageró una voz sorprendida en la última palabra— Es una posibilidad y...

— Ahora, tú imagina ésto. —Se acomodó de lado en el sofá, para quedar de frente al moreno e hizo una mueca— Tú no me devuelves mi arma, me espero a que te duermas y tomo un cuchillo para cortar lentamente tu piel y dársela de comer a mis perros.

Jongin, al escuchar eso, lanzó rápidamente el arma a las piernas del mayor y corrió a sentarse en otro sofá. La risa de Jongdae resonó en toda la habitación y ambos voltearon a la puerta, donde éste se encontraba parado, observándolos.

— Ahí estás, maldito —se quejó el menor, levantándose y señalándolo— Aquí nuestro amable amigo quiere darle a sus perros mi piel para que se alimenten y tú estás parado ahí, haciéndonos esperar. 

— Lo siento tanto —fingió, llevando una de sus manos a su pecho y haciendo un puchero, el cual fue roto por una sonrisa— Pero sabes que no me gustan los trabajos incompletos, me faltaban unos pequeños detalles.

— Habla —ordenó Kris, el moreno se encogió asustado y se ocultó detrás del cuerpo de Jongdae, quien rió un poco por la manera tan infantil de sostenerse de su camiseta.

— Usé un rastreador, para ver donde ha estado ése bastardo en las últimas 72 horas. —Caminó a paso lento hasta el sofá y se sentó, siendo seguido al instante por el moreno— He monitoreado sus movimientos desde que llegó.

— Entonces... ¿Sabes dónde está? —Cuestionó Jongin, volviendo a su postura intimidante al notar que la atención del mayor ya no estaba puesta en él, si no en su amigo.

— Ese es el problema, al parecer volvió a desaparecer. —Tragó saliva al ver el rostro furioso de su amigo, y levantó sus manos, indicándole que no hiciera nada y que lo dejara terminar de hablar— No se ha ido de aquí. Lo hubiese sabido.

— ¿Entonces...?

— Está en las sombras, lejos de todas las cámaras que puedan captarlo. Debe estar oculto en alguna de sus propiedades, pero al ser de alta seguridad, me hes imposible conectar sus cámaras a mis monitores, por lo que no puedo asegurar que se encuentre ahí. —Tomó su celular entre sus manos y les mostró un video del auto donde iba ese hombre— Éste auto fue abandonado en un estacionamiento ayer por la tarde y el hombre que lo dejó ahí, se ha estado hospedando en un hotel a unas cuadras.

Cruel (KrisTao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora