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A la mañana siguiente se enteró que Kris se había ido y que no volvería por unos días. Se tragó la necesidad de preguntar dónde estaba y por qué no volvería, prefería no saberlo.
Durante ese tiempo que él estuviera fuera, Chen se iba a encargar de entrenarlo y aunque aún le asustaba un poco la idea, lo prefería así, de ser Kai, seguramente lo mataría.
El moreno los vigilaba mientras luchaban, siempre atento a cualquier movimiento, más de una vez estuvo a nada de saltar sobre él porque acertó en un golpe hacia su hermano.
Esa mañana había despertado sobre los brazos de Chen, pero ahora seguía actuando distante y él estaba cansado de esa situación, no entendía su actitud y ya no le interesaba descubrirlo. Se concentraría en aprender lo más que pudiera y acabaría con el maldito que los había unido a él y a Kris.
Y esperaba, si es que sobrevivía, no volver a toparse con ninguno de ellos de nuevo, jamás, poder vivir una vida plena y tranquila al lado de la única persona que ha significado un real apoyo para él.
Sintió un fuerte golpe en su mejilla y estuvo a punto de caer, pero fue tomado por la cintura.
— Te dije que no debes distraerte, Tao —le susurró demasiado cerca de su rostro mientras acariciaba su piel con sus pulgares.
Su vista se nubló y se sintió tan mareado.
— ¡Mierda! —Gimió, limpiando la sangre que salía por sus labios, su contrincante parecía complacido con su estado— ¿Podemos tomarnos un descanso?
— Tienes media hora.
Sus palabras fueron secas y salió de ahí, siendo seguido por el moreno que solo había estado ahí mirándolos sin decir nada.
Se tiró al suelo mientras suspiraba, estaba tan cansado y no solo por haber sido golpeado toda la mañana por los hábiles puños de Chen, sino también por estar ahí y por tener tan presente a Zhoumi. El hecho de estar atrapado en la casa de Kris solo era un constante recuerdo de que seguía huyendo y que eso no parecía cambiar pronto.
Se esforzaba tanto por ignorar los susurros dentro de su cabeza, por fingir que no lo atormentaban y lo hacían cuestionarse repetidas veces si de verdad valía la pena todo lo que estaba haciendo.
— ¿Por qué dejaste que te golpeara?
Chen se encontraba sentado en la encimera de la cocina mientras observaba al moreno preparando algo para que comieran los tres -tuvo que obligarlo a preparar para Tao también-.
— Deja de joder, Kai —murmuró entre dientes.
Tomó una manzana y cruzando las piernas, se recargó en la pared, comiendo tranquilamente. Sin darle mucha importancia al berrinche que su amigo estaba haciendo.
— ¿No te bastó con la golpiza que te dio Kris? —Señaló algunas de sus heridas con la punta del cuchillo, el cual utilizaba para cortar verduras— ¿También tenías que recibir una de su chico?
