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No podía permitirse un acercamiento a ese hombre, por que jamás llegará a sentir nada por él, lo tiene más que claro y realmente no le afecta en nada, gente como Kris no hace falta en su vida, ya con suficientes idiotas se ha topado como para permitirse enamorarse del más grande idiota del mundo.

— Te he dicho que no debes distraerte, joder —lo regañó moviendo con fuerza los dedos que mantenía en el interior del menor, éste se arqueó soltando un chillido y comenzó a negar con la cabeza, luchando con sus estúpidos instintos que lo obligaban a disculparse.

Ese bastardo lo estaba obligando a entregarse, sólo se dejaba por que se encontraba atado y no tenía otra opción.

¡Si, bonita manera de mentirse!

— Bien, ya que me estás prestando atención, podemos hablar —aseguró sonriendo, sin detener los movimientos de su mano.

— ¿Hablar? ¿En serio? —Gruñó Tao molesto— ¿Has visto la posición en la que estoy?

— Oh, lindo. Claro que la he visto y creeme cuando te digo que me tiene fascinado.

El sonrojo en el menor se extendió aún más y comenzó a insultar a Kris de todas las maneras que se le pudieron ocurrir. Y el mayor sólo se limitaba a reír, importándole poco que estuviese enojado.

Suspirando ruidosamente, se inclinó un poco y acercó sus labios a la oreja del menor:— Ahora —susurró lentamente, Tao guardó silencio y se quedó completamente quieto— Así que no me deseas —aseguró asintiendo lentamente, curvando un poco sus dedos, logrando acariciar aún más dentro del menor, quien enterró aún más su rostro en las almohadas.

— No lo hago —logró decir después de un rato.

— Bien. —Fingió desilusión y arremetió con más fuerza contra su interior, para después soltar una risa seca— Entonces me encargaré de que me desees —habló con voz dura.

El cuerpo de Tao se estremeció y se arrepintió por un momento de lo que había dicho.

Pero su arrepentimiento duró poco por que al instante comenzó a sentir leves besos en su cuello y el movimiento de su mano fue más lento, más preciso y mucho más placentero.

— Kris...

El nombrado rió un poco cuando escuchó ese gemido y sus besos comenzaron a bajar por la espalda del menor, acariciando con sus labios la suave piel y mordiendo levemente algunos pedazos.

Cuando llegó a su espalda baja, volvió a subir, disfrutando como un maldito los suspiros que abandonaban los labios del menor.

Por que por más que lo negara, se notaba claramente cuanto lo deseaba, en su manera de mirarlo, y ahora, teniéndolo así sólo lo había confirmado, por que ni siquiera estaba luchando por liberarse, al contrario, se estaba aferrando con fuerza a la cadena de las esposas y se movía con desesperación, deseando que los dedos del mayor llegaran más dentro.

— ¿Estás listo para hablar sobre Zhoumi? —Cuestionó cuando lo sintió temblar aún más, sabía que estaba cerca, pero que se corriera no era parte de su plan.

— Vete a la mierda. —Gimió, empujándo su cuerpo contra los dedos del mayor.

— Correcto. —Asintió lentamente y se detuvo.

Un gemido frustrado abandonó los labios de Tao cuando Kris retiró sus dedos, sintiendo un horrible vacío en su cuerpo, maldijo mil veces, por que estaba odiando como se sentía su cuerpo sin esos largos dedos en su interior.

Kris, por otro lado, estaba disfrutando demasiado el enojo del menor, por que su plan estaba yendo de maravilla.

Se encargaría de llevar a Tao al cielo, y ya cuando fuese el momento adecuado lo dejaría caer, hasta hacerlo llorar de frustración, hasta que su necesidad fuera suficiente como para aceptar hablar de Zhoumi.

Cruel (KrisTao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora