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Tao soltó un suspiro y se detuvo frente a la puerta de la oficina de Kris tratando de conseguir el valor suficiente para entrar.

Ya había pasado un rato desde que estuvieron en la habitación del menor, éste había decidido bañarse de nuevo y se había puesto de nuevo un solamente un boxer y una camiseta enorme, la corbata con la que Kris le había atado en sus manos se encontraba en su cuello y jugaba con ésta nerviosamente.

Gruñó molesto cuando notó como se estaba comportando, parecía un maldito adolescente enamorado.

Tocó con coraje la puerta y ésta fue abierta por una linda mujer, quien le dedicó una abierta sonrisa antes de salir, dejando abierto para que pudiese entrar.

Kris se encontraba sentado detrás de un enorme escritorio negro, miraba atentamente a Tao, completamente serio.

Ni siquiera pidió permiso para entrar al lugar, simplemente se adentró y se sentó en la silla frente al escritorio.

Las cejas del hombre se juntaron ante la actitud del otro, pero se limitó a negar con la cabeza.

Tomando una gran bocanada de aire, le lanzó la corbata al pecho y sonrió amargamente.

— Espero que no pienses tenerme más tiempo ahí encerrado —habló después de unos minutos, tensando la mandíbula cuando miró al mayor sonreír con superioridad.

— No estás en condiciones de exigir —murmuró encogiéndose de hombros, la molestia de Tao sólo creció ante eso.

— ¿Entonces por qué no me matas? —Gruñó levantándose y golpeando el escritorio con su puño— No estoy dispuesto a estar más tiempo encerrado ahí. 

A Kris le molestó como se estaba atreviendo a hablarle el menor, así que también se levantó de golpe y rodeó el escritorio a gran velocidad, provocando que el chico gimiera aterrado y retrocediera un poco.

— Cuida esa maldita boca —rugió y lo empujó con fuerza hacia la puerta, provocando que chocara con ésta— No me estés provocando.

— E-Estoy cansado... —Jadeó entrecortadamente, incapaz de ocultar el miedo— No me gusta estar encerrado. —Puso sus manos el los brazos de Kris tratando de mantenerlo lejos de él— Estoy aquí para evitar que le hagan daño a Sehun, pero ni siquiera sé si sigue vivo aún —trató de explicar, sintiéndose estúpido al encogerse cuando el hombre se acercó un poco más— Quizá ya lo has matado y me mantienen engañado... 

— Tomarme el tiempo de matarlo —susurró y levantó la cabeza, mirando al techo como si en verdad estuviese pensándolo— No, tengo cosas más importantes que hacer.

— ¿Sigue vivo? —Susurró mirándolo con los ojos húmedos, Kris simplemente rodó los ojos.

— Sigue vivo —afirmó, asintiendo lentamente con la cabeza, cuando notó una pequeña sonrisa surcar los labios del menor, gruñó y lo empujó más fuerte— Y está malditamente vigilado por mis hombres. Te está buscando y si se atreve a meterse en mis asuntos, lo mataré. 

— Hagamos esto rápido, Kris. Te lo ruego —suplicó con la voz bastante baja, el hombre se encontraba tan cerca de él que lo ponía nervioso— Enséñame lo que debo aprender, acabaré con Zhoumi y nos libraremos de todo esto. 

— Espero que aprendas rápido —murmuró sobre sus labios y tomó uno entre sus dientes, tirando levemente de él, cuando Tao soltó un leve gemido, sonrió— Ve con Jongdae, come algo.

Sin más que decir, lo empujó fuera de la habitación. El menor tropezó con sus pies y casi cae al suelo por la manera brusca del otro de sacarlo.
No estaba seguro de si había arreglado algo con Kris y no pensaba regresar a preguntarselo, por fin pudo salir y no iba a permitir que volvieran a encerrarlo.

Cruel (KrisTao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora