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— ¿Cómo está? —Cuestionó el moreno cuando Jongdae salió de la habitación.

Kris levantó la mirada por un momento de su celular, pero sin tener un mínimo de interés, volvió a mirar el aparato en sus manos.

— Vivo... —La tensión y podría incluso decirse que el enojo se notaba el la voz del chico, quien se movía incómodo y hacía tronar los huesos de sus dedos, lo cual indicaba claramente que algo estaba mal— Por ahora.

— No fue tan grave —se quejó el mayor, cansado de que lo miraran como un monstruo desde que acuchilló a ése bastardo que le atravesó la mano con esa maldita navaja.

— No es por lo que le hiciste, es por lo que le harás. —Soltó un suspiro al aire y se dio media vuelta— Síganme.

Ambos asintieron con la cabeza y entraron a la habitación donde se encontraba ése chico, inconsciente sobre la cama. Después de que Kris le clavara la navaja en el abdomen, lo habían llevado a la casa de éste, para que Jongdae tratara de que no muriera. 

Los tres se sorprendieron al ver que, aún estando tan herido, el chico no dejó de pelear, no desistió. Se mantuvo recio a la idea de que lo subieran a la camioneta, por lo que Kris tuvo que subirlo a su hombro y llevarlo a la fuerza. Quedó inconsciente minutos después, ya que, por tratar de bajarse del auto, el mayor lo golpeó con fuerza, para que dejara de moverse.

— Bien... —Susurró Jongdae, contuvo el aire por un momento y estiró su mano, para apartar la manta del cuerpo inerte en la cama, el cual permanecía con sólo su ropa interior.

Cuando la manta cayó al suelo,  inmediatamente, el chico tenía dos armas apuntando directo a su cabeza. 

— Mierda —rugió Jongin, quitándole el seguro al arma, Jongdae comenzó a negar, alarmado.

— No lo van a matar, ¿Verdad? —Murmuró poniéndose frente a las dos armas, sus acompañantes fruncieron el ceño.

— Claro que lo mataré, apártate.

— ¡No pueden matarlo! —Se quejó, volvió a cubrir su cuerpo y enfrentó a los otros dos.

— ¡¡Es uno de ellos!! —El moreno lo empujó, apartándolo y lo miró con un enojo palpable— ¡¿Es que acaso no lo ves?! 

— ¡¡Ha estado huyendo de ellos por mucho tiempo, no les pertenece!!

— ¡Seguro es un traidor y lo quieren eliminar! —Jongin puso a Jongdae contra la pared para que se quitara de enfrente del arma de Kris y le sonrió— No podemos tener a un traidor entre nosotros, va a morir.

— Es un traidor de ellos, ¿acaso ustedes no lo ven? —Levantó su rodilla, golpeando la parte íntima del moreno.

— ¿Qué te asegura que no nos traicionará a nosotros? —Murmuró Kris, manteniendo la mirada fija en la frente del chico inconsciente, apuntando.

— Por el simple hecho de que él no es uno de nosotros, no nos puede traicionar si no le damos la confianza para hacerlo. —Les arrebató el arma a los dos y las puso en el escritorio que se encontraba ahí— Lo están buscando, pero no porque haya traicionado a alguien. Hay algo más en todo ésto. ¡¡Y su maldito odio no les permite ver que algo no concuerda con todo lo que está pasando!! 

— Confías demasiado rápido. 

— No estoy confiando en él, Kai. —Se sentó en el borde de la cama y suspiró, tenía que ser paciente, sabe que no es fácil convencerlos de algo, pero bueno, Jongdae suele ser muy persuasivo— Simplemente digo que algo no concuerda. Lo han perseguido por tanto tiempo. Kris, en un día pude averiguar incluso donde está viviendo, ¿crees que ellos no lo saben? Tienen a alguien que supera mis conocimientos y seguramente ése los debe estar guiando en su búsqueda contra éste chico.

Cruel (KrisTao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora