IMPRIMACION ☾ SAM ULEY

CAPITULO 13: Desnortada.

Valerie sintió como si estuviese nadando en una niebla espesa, intentando llegar a la superficie inalcansable. Nada de lo que había visto e oído tenia sentido.

 Hizo un movimiento hacia atrás, haciendo que Jacob la soltara. Se lo quedó mirando, anonadada y tensa. Quiso decir algo pero solo le salió un pequeño balbuceo: 

—¿Que?...

—Lo que oyes.—intentó acercarse pero ella retrocedió instintivamente—.Valerie, no te haré daño. Ninguno de nosotros. No somos lo que piensas. 

Pero antes de que Val pudiera procesar esa información, le esperaba una sorpresa incluso mas grande. Sintió una mano en el hombro y se volteó, tambaleando, hasta que una segunda mano la estabilizó. Valerie levantó la mirada, que dio de lleno en los ojos de Sam y estaba vestido solo con unos bermudas. Y si no era la ultima persona sobre la tierra que ella esperaba ver allí, definitivamente se acercaba entre las ultimas diez. 

—Valerie—le dijo. La preocupación que le arrugaba la frente y el sonido de su nombre saliendo de sus labios la hicieron paralizarse. El era firme, macizo. La rodeó con los brazos; tenia las manos calientes. 

Por un momento, Val se quedó ahí, parada, contra el, y solo respiró hasta que apagó el mundo a su alrededor.

Sam la atajó antes de que llegara al piso. 

—¡Valerie!—apoyó la cabeza contra su pecho y miró a Jacob enfadado—.¿Que rayos sucedió, Jacob?

—Lo sabe, Sam. 

—¿Le dijiste?—gruñó, temblando. Cerró los ojos para controlarse. Sam no soltó a Valerie en ningún momento. 

—Sabes que no haría eso.—reprochó—. Dijo que ella te vio cuando cambiabas de forma. 

Sam suspiró y la alzó como si fuese una caja vacía. 

—¿Que piensas hacer?

—Ahora mismo, llevarla a casa. Necesita descansar. También hablaré con Rachel para que la cuide. Se sentirá mas segura. 

—Le contarás todo, ¿verdad?

—Ya no hay forma de ocultárselo. —se giró hacia el—Ve a casa, Jacob. Si surge algo, te lo haré saber. 

 ● ● ●

Las siguientes horas fueron algo confusas para Valerie. Voces hablando demasiado rápido o lento como para entenderlas; voces familiares, ambas. No se acordaba haber salido del bosque ni regresado a la casa, pero de pronto estaba en un sofá con el edredón envuelto alrededor del cuerpo. No había soñado; no había visto ningún lobo negro gruñir en sus sueños y alejarse entre los arboles. Pero si fue espectadora de la realidad. 

Las voces parecían hablar cada vez mas fuerte; esta vez las reconoció: eran Rachel y Sam. Temblando se irguió del sofá y asomó la cabeza para ver el patio. 

—Vas a tener que hablar con ella, Sam. 

—Lo se. Pero no esta noche. Primero necesita descansar. 

—¡Esta desmayada, por Dios santo!. Ya descansó lo suficiente—le puso una mano en el hombro—Sam, si no le dices la verdad pronto, se alejara de ti. 

Sam vio hacia la ventana y sus ojos conectaron con Valerie. Esta se escondió velozmente tras la pared. Sam suspiró. 

—Por el momento te pido que la cuides. 

—Claro, pero...¿Porque no en tu casa?

—Después de lo de hoy, dudo mucho que quiera pasar la noche en mi casa. Por eso la traje aquí. —dio un vistazo hacia el lugar—iré a hablar con ella.