EPÍLOGO

5.5K 492 21
                                    

 Valerie salió al porche con una humeante taza de café. Las tablas de madera crujieron bajo sus pies, y se apoyó en la barandilla. Las caléndulas amarillas brotaban en medio de las hierbas salvajes en lo que una vez había sido un montón de tierra y escombros, y alzó la taza, saboreando el aroma mientras tomaba un sorbo. 

La casita no era gran cosa, pero era su nido y estaba en un lugar apartado; justo al final del sendero de gravilla, y con eso le bastaba. Las paredes hechas con tablas de madera. La puerta, pintada de un azul descolorido. El comedor y la cocina eran pequeños, y el cuarto no tenía armarios al principio; pero poco a poco fueron amueblándola, incluyendo un par de mecedoras en el porche. Su habitación era ahora de color blanco, el comedor era beis, y la semana previa había colocado una funda en el sofá, por lo que ahora ofrecía un aspecto prácticamente nuevo.

 Después de tanto esfuerzo, y con casi todo el trabajo hecho, a Valerie le gustaba sentarse en el porche por la tarde y leer libros que sacaba de la biblioteca. Aparte del café, la lectura era su único vicio. No tenía televisor, ni radio, ni tampoco automóvil, y todas sus pertenencias cabían en una sola maleta. Había llegado a la reserva casi sin nada, y un año después seguía casi sin nada. Pero no le importaba. 

Habia vuelto a trabajar en el restaurante; su turno no empezaba hasta las tres de la tarde; justo cuando terminaba el de Rachel. Y todas las noches regresaba a casa donde la esperaba alguien que la amaba y le decía lo mucho que la quería. Alguien que no la maltrataba. Alguien que la dejaba ser libre y hacer lo que quisiera sin brindar cuentas a nadie. 

Embry, Jared y Paul aparecieron caminando por el bosque con sus torsos desnudos. Valerie ya se había acostumbrado. 

 —Buenos días —saludó Val, cuando estuvieron los chicos mas cerca —Dejé el desayuno sobre la mesa pero dejen algo para...

 —¡Que bien! —gritó Embry emocionado corriendo hacia dentro de la casa

 —Espero que ustedes dos tengan mejores modales—advirtió. 

Ambos se miraron y por la mirada que mandó caminaron mas pausado hasta la mesa. 

Valerie los siguió por detrás. 

 —¡Te vas a atragantar!—le regañó dándole unas palmaditas a la espalda de Embry.

 —No me importa. Moriré feliz.—comentó, engulliendose otro bocado —Tu comida es deliciosa. 

 —Gracias. Pero déjale algo a tus hermanos.

 —Cerdo —dijo Jared mientras tomaba un panecillo de la mesa. Embry lo fulminó con la mirada. 

 —Por cierto, ¿donde están los demás? —preguntó Val dando un sorbo a su café. 

 —Jacob fue a buscar a su impronta, la mitad chupasangre. La traerá aquí así que no te alarmes. Sam y Leah fueron con ellos. 

La revelación de Paul la sorprendió pero no demasiado como para dejarla sin hablaba. 

—Supongo que entonces debería hacer mas comida. 

Entonces la puerta principal se abrió y Sam entró a la casa junto con Leah.

 —Valerie —Saludo Sam.

Su voz estaba impregnada con el habitual amor de siempre. El cruzó la sala hasta ella, tomó su rostro y la besó. 

 —Eh, ya basta —se quejó Jared —.Estoy comiendo. 

 —Entonces cierra el pico y come.  —le sugirió Sam mientras volvía a besar la boca de Valerie y ella sonreía. 

 —¡Puaj! —gruñó Embry

 —Ya —dijo Leah interviniendo con una mueca asqueada —. No nos torturen mas. 

 —Tienes razón — tomó  a Val de la cintura y la atrajo hacia el —. Mañana será otro día. —luego olfateó el aire —¿Hiciste panecillos?

 —Adelante, vayan a comer. 

Valerie recordaba cuando Sam le habia revelado, una de las tantas noches que tenian de charlas y vino, que en su adolescencia Leah y el habian salido juntos, pero que, por obra del destino, lo suyo no duró demasiado. Solo un par de meses antes de que Leah saliera con otro chico de la reserva y que, aparentemente, resultó ser su impronta años después. Hasta ahora; nunca lo llevó a la casa; y eso era algo que a todos, incluso a Valerie le causaba curiosidad, pero sabia que tarde o temprano lo haría, cuando estuviese lista. 

De pronto, Jacob entró por la puerta de la mano con una chica muy hermosa.

 —¡Oh! —dijo Valerie sorprendida. Los chicos se callaron aunque continuaron comiendo —.Pasen, no se queden ahí. ¿Tu eres...?

 —Renesme Cullen  —dijo Jared, encogiéndose de hombros, y Valerie supo de quien se trataba. Jacob había pasado noches suspirando por ella —¿Quien querías que fuera?

—Así que tu eres Renesme. Es un placer, Jacob no para de hablar de ti. 

La chica se rió, al igual que Embry y Jared. 

—¿Tienen hambre? Hice panecillos...

Después de darle unos bocadillos se pusieron a platicar. La chica era agradable; y aunque algunos se mostraban reticentes al principio no podían evitar reírse de algunas anécdotas que ella contaba. 

Valerie se apoyó en la barra de la cocina y observó como Jared, Paul y Embry gastaban bromas a Jake, igual que si fueran de la misma familia. Nunca había sentido la casa tan luminosa y acogedora en su vida como ese ultimo año. Jamas pensó que estaría bromeando junto a un grupo de adolescentes y cocinando para ellos como si fuese una madre. Pero le gustaba; le gustaba de veras; al igual que le gustaba su trabajo en el restaurante y tomar café por las mañanas y despertar junto a Sam. Le gustaba la vida que había elegido. Por primera vez en toda su vida. 

Sam se acercó por atrás y la envolvió entre sus brazos; ninguno se había percatado de ellos todavía. 

—¿Que tanto piensas?—le preguntó

—En nada—negó—. Solo en lo afortunada que soy de estar contigo. 

Sus ojos y los de ella se encontraron y, por un momento, no hicieron falta mas palabras. Sus labios se rozaron, apenas unos segundos, luego Val apoyó la cabeza sobre su hombro disfrutando de la caótica escena frente a ellos: los chicos discutían sobre que ser sobrenatural era mejor, si los lobos o los vampiros. Y había un claro desacuerdo con la chica. 

—Va a ser un largo día—suspiró Val.

—Si, pero tendremos la noche para nosotros.—Tras un rápido beso en su mejilla, Sam intervino en la pelea adolescente que ya estaba por sacar de las chispas a Paul y a Leah. 

Con una sonrisa se quedó observándolos. No importaba el dolor que tuvo que atravesar antes, la vida se encargo de acomodarla en el lugar que le correspondía; y era allí mismo; en la reserva. Junto a Sam y los demás. 

 Valerie se dijo a si misma que estaba justo donde tenia que estar.



---------------------------------------------------------------------

¡Ahora si! ¡Gracias por haber llegado hasta el final de esta novela y por el apoyo que le dieron a ella!. Me pone muy triste saber que ya a terminado pero feliz al mismo tiempo porque se que Val y Sam serán felices. ¿Que opinan ustedes?. Dejen sus comentarios para saber su opinión.

Pd: puede que haga extras a pesar de estar terminada; pero no prometo nada xd

xoxo






IMPRIMACION ☾ SAM ULEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora