Sam detesta a Sharon.
Sharon es la definición de realeza.
Todo se tuerce cuando él inicia una guerra de bromas con ella.
¿Quién ganará?
𝒐𝒉 𝑫𝒊𝒐𝒔, 𝒕𝒖́ 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒎𝒊 𝑫𝒊𝒐𝒔; 𝒚𝒐 𝒕𝒆 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒐 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒔𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆. 𝑴𝒊 𝒂𝒍𝒎𝒂 𝒕𝒊�...
El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad. Proverbios 13:3 *** Porfavornodeslicessin dejar tu estrellita✨. Meanimaaseguirescribiendoatalpuntoquepuedopublicaruncapítuloporsemana❕😌
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Lunes 10 deabril Sharon
El auditorio rebosa. Cada alumno de tercer curso del mare nostrum se encuentra aquí. El decano ha solicitado nuestra presencia.
A pesar de las pocas sillas disponibles no busco asiento, solo a Ashley.
Su relación con Víctor ha tenido varios altibajos, los estudiantes parecen más preocupados por el pasado de mi amiga que por su felicidad.
Percibo su crueldad en cada comentario que escucho al pasar. Y es injusto. Ashley no merece esa clase de comentarios.
Localizo a Víctor por su cabello naranja. Al girarse identifico las pecas en su cara y sonrisa constante. A su lado y de su mano,está mi amiga. Al verla con él me tranquilizo. Que se aisle es un grave problema pero con él, por lo menos no estará sola. Alejandra no ha venido, creo que está enferma. Luego preguntaré a Christian por su salud.
Me siento junto al chico y éste junto a Ashley que se apoya en su hombro.
El decano comienza su discurso. Está en exceso preocupado por nuestras notas y así nos lo manifiesta.
Los alumnos no están nada contentos con lo que dice y se muestra distantes.
Las exigencias del decano son cada vez más altas. Y e de admitir que de forma extraña los estudiantes del ocean's wave nos llevan ventaja. Por lo menos en mi carrera de psicología.
La pantalla de vídeo tras él se enciende. Al parecer no la ha accionado él. El decano no se ha dado cuenta y sigue hablando. Nadie dice nada. Todos observamos en silencio como un vídeo aparece y alguien a través de algún dispositivo a distancia pulsa el botón de inicio del vídeo. La niña que se mueve me es muy familiar, en los altavoces se escucha la voz chillona de ésta. Reconozco la casa como la habitación de mi abuela. La niña soy yo.
—Voy a cantaaa una canción para Dió
Tendría unos tres años y llevaba un pijama de flores rosas. Había cogido un bote de champú gastado como micrófono. Tiempo después me regalaron mi primer micrófono.
No. No es posible.
Mi corazón se acelera y mis manos comienzan a sudar. Es una pesadilla.
El decano baja del escenario y busca al culpable. Llama a un profesor intentando mantener la calma.