Sam detesta a Sharon.
Sharon es la definición de realeza.
Todo se tuerce cuando él inicia una guerra de bromas con ella.
¿Quién ganará?
𝒐𝒉 𝑫𝒊𝒐𝒔, 𝒕𝒖́ 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒎𝒊 𝑫𝒊𝒐𝒔; 𝒚𝒐 𝒕𝒆 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒐 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒔𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆. 𝑴𝒊 𝒂𝒍𝒎𝒂 𝒕𝒊�...
Porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él esperanza; Retoñará aún, y sus renuevos no faltarán. Si se envejeciere en la tierra su raíz, Y su tronco fuere muerto en el polvo, Al percibir el agua reverdecerá, Y hará copa como planta nueva. Job 14:7-9
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No olvides votar ✨ Capítulo dedicado a GlaimarPia2 Sam Noche 22 de mayo .
—No puedo creer que hayas olvidado el teléfono pero no el aparato que genera calambre—dice la reina tras varios minutos de silencio.
—Cuestión de prioridades—respondo. Llevamos un buen tiempo caminando buscando a los chicos. Cada vez nos adentramos más en el bosque sin resultado.
Veo como los tobillos de Sharon se tuercen continuamente al tratar de mantener el equilibrio.
—Deberíamos parar — respondo. Hay poca luz y no parecemos llegar a ningún sitio.
—Tenemos que encontrarlos.
—Lo sé pero...
Vuelve a tropezarse y la agarro. La ira me recorre. Si no fuese siempre en sus zancos dejaría de caerse. Lo siguiente es romperse una pierna. Genial.
—Quitate los zapatos. —ordeno y me siento en el suelo.
—No voy a caminar descalza. Puedo hacerme daño —responde. Me quito los zapatos y se los entrego.
— Cogelos
— No voy a ... Me niego a...
Escucho un crack y veo la punta de su tacón rota por completo. Me mira con disgusto.
—No me huelen los pies. No soy el yeti — me mira desconcertada y suelta una risita infantil. Ufff. Amo cuando se muestra así.
Cierro los ojos un momento tratando de calmarme. Me desquicia.
—Lo sé pero no voy a aceptarlos.
—Entonces deberé llevarte en brazos
—¡No! —grita alarmada y se levanta. El zapato roto hace que pierda el equilibrio momento que aprovecho para cogerla en brazos con rapidez. Sonrío al ver su cara de desagrado.
—Dejame en el suelo Samuel
—Si te pones mis zapatos
—No. Es descortés.
—Insisto. Soy un caballero. Seria descortés dejar a una dama caminar descalza.
—Samuel no son de mi talla y tú no debes andar ...
Comienzo a caminar con ella en brazos.
—Has abandonado tus zapatos
—Si no los llevas tú. Yo tampoco —digo. Ella no va a decir que no esta vez. No pienso permitírselo. Seguro que si fuesen las zapatillas de Chris aceptaría sin pensárselo.