Sam detesta a Sharon.
Sharon es la definición de realeza.
Todo se tuerce cuando él inicia una guerra de bromas con ella.
¿Quién ganará?
𝒐𝒉 𝑫𝒊𝒐𝒔, 𝒕𝒖́ 𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒎𝒊 𝑫𝒊𝒐𝒔; 𝒚𝒐 𝒕𝒆 𝒃𝒖𝒔𝒄𝒐 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒔𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆. 𝑴𝒊 𝒂𝒍𝒎𝒂 𝒕𝒊�...
Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz. Marcos 4:22
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Amoloscomentariosy los leo TODOS. SitegustaestahistoriaPORFAVORcomenta. Esgratis, meanima demasiado yséquepodríaayudarmeaterminarantesesta preciosa novela paracontinuarconlassiguientes ❤️ Conamor, bendiciones deJesús.
Capítulo dedicado a more-2005 *** Sharon domingo 22 de mayo
Silvia mira al horizonte. Recordando.
— Es difícil hablar de esto.— comienza. Sus manos tiemblan.
—Debe serlo. Expresa lo que te haga sentir cómoda. —hablo y me observa por un instante. Sus ojos se entrecierran y suspira con pesadez. Se lleva una mano al rostro y comienza.
—Cuando tenía cerca de dieciocho años éramos un grupo de ocho amigos: Sonia, Rosa, Ari, Roque, Jorge, Arturo y Guillermo, tu padre
Observa a un punto fijo del mueble sin pulir. Samuel me ofrece una silla y se sienta en otra sin pedir permiso. Accedo porque sé que Silvia no está en condiciones de ser cortés. Parece a punto de entrar en llanto.
— Por aquel tiempo mi novio era Arturo uno de los chicos del grupo. A nosotros nos encantaba ir de fiesta, conocer nuevos lugares, beber, bailar ... Éramos muy buenos amigos desde la adolescencia pero cuando en mi dieciocho cumpleaños, él comenzó a tener ideas radicales. Se volvió violento, empezó a hablar de atacar a la gente que pensaba diferente, a defenderse de ellos... Decía cosas preocupantes. Su pensamiento me asustaba pero le quería, fue mi primer amor así que no sabía como hacerle cambiar de opinión.
»Sonia que era la más paciente del grupo habló con él pero se burló de ella. Roque se reía de las ideas de Arturo y nunca le tomó en serio.Ari al escuchar su pensamiento discutió con él y no volvió a dirigirle la palabra.
Luego nos dimos cuenta de que estaba en una secta. Fui yo la que lo descubrió cuando intentó que siguiese su movimiento. Estaba enloquecido con la idea de atacar a los débiles para que aprendieses quién mandaba. Recuerdo que desde que tenia doce años nosotros insultabamos a los cristianos. Todos lo hacíamos. Nos parecían anticuados y no nos gustaba su pensamiento. Incluso les llegamos a pegar en alguna ocasión. Pero ninguno les odiaba tanto como Arturo
—¿Mi padre les golpeó?
—¡Ufff! Varias veces. Era él quien dirigía el grupo, pero Arturo se aferró con fervor a la idea de acabar con ellos. Y eso fue lo que nos separó — murmura la última frase. Suspira hondo y acaricia su frente como si le doliese la cabeza. Luego mira a Samuel un instante —Siento mucho contarte lo que hacíamos. Esa fue la verdad.