Improbable © (SGL3) [Cristiana]

capítulo 9: Frío ♫︎

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La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa. 😠
Proverbios 19:11

Sam

Tengo los ojos cerrados, mis párpados pesan. No estoy en mi cama, lo sé porque el olor es distinto. Huele a verano, a cloro a ¿Agua?
Bostezo, me muevo un poco. Debajo de mí hay una superficie blanda. Mis ojos se abren por completo.
Parpadeo para distinguir algo, me llevo una mano a la cabeza que la siento como un bombo. ¿Cuándo me emborraché como Noé?

Miro donde estoy, en una colchoneta hinchable amarilla.
Intento pensar en lo raro que es todo esto. No me atrevo ni a sentarme.

Estoy en una piscina, es enorme.
Encima de una colchoneta de plástico. Este espacio es súper pequeño, de seguro caeré al agua si me muevo.
Lo único bueno de esto es que sé nadar.

Intento recordar porque estoy aquí. Me siento muuuuuy lentamente,la colchoneta se mueve. Chillo.

Recuerdo llegar hasta aquí con Tom y luego, nada más.

No me hace falta mucho tiempo para darme cuenta de quién es la causante, escuchó una risa a lo lejos. Alejada de la piscina y una distancia prudente se encuentra Sharon.

No pienso permitir que me vea en el agua ¡Me niego! Ella está sentada en una tumbona.
Lo único que tengo que hacer es usar mis manos como remos y salir de aquí. Mis dedos tocan el agua ¡Está congelada!

—¡Estás loca!

Mis dedos rozan algo y agudizo mi vista. Es hielo, hay muchísimos cubitos congelados, no son grandes pero sí millones. La piscina está llena de ellos  y no hay forma de escapar.

—Samuel ¿Qué tal se duerme en la colchoneta? Deberías probar el agua—dice mi nombre con suavidad fingida. Nunca la he visto tan satisfecha,tan risueña.

—Me has drogado

—Yo no diría exactamente eso—se cruza de brazos.

Tuvo que ser el zumo ese que me dió su madre ¿Qué ha pasado? No lo entiendo, recuerdo que Tom me trajo aquí aunque seguro fue idea de Sharon. Meto las dos manos al agua y comienza a usarlas como remos para llegar a la orilla.
Sí, el agua está demasiado fría. Estoy enfadado pero tengo que disimularlo sobre todo porque yo mismo dije que solo son bromas.
Mis manos están tan heladas que ni las siento, está colchoneta amarilla no se mueve por los asquerosos hielos que traban el camino hacia la orilla.

Estoy en mitad del océano.

Le doy un golpe a los hielos y me miro las manos. Están rojas y muertas.