Capítulo 46: Muerte ♫

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Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Efesios 4:32

Sam Noche Viernes 26 de mayo

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Sam
Noche Viernes 26 de mayo

Corro todo lo que me permiten mis pies hacia la sala de urgencias.

Tiene que estar bien.

Me martilla que lo último que hice fue discutir con él.

Le dije cosas horribles y realmente lo quiero. Es como mi hermano.

Si a él le pasará algo no podría vivir con ello.

Llego hasta donde se encuentra nuestro pastor. Me siento en la silla tratando de respirar. Mi cuerpo se convierte en un horno y apenas puedo decir algo.

— ¿Cómo está? —logro decir sin mirarle.

— Siento haberte preocupado tanto Sam, cuando despertó un momento preguntó por ti.

Levanto la vista. La culpa me mata. No puedo decir nada.

Cuando la hermana Noemí me llamó pensé que era una broma de Sharon. Que no era real. Se me hacía imposible creer que él estaba grave en el hospital. 

—¿Está despierto pastor?

— Está mi esposa dentro pero creo que aún no ha despertado.

Se sienta a mi lado y observo el parecido con mi amigo. El Hno.José es alto, su cuerpo es grande y fuerte como el de Chris. La principal diferencia es su cabello oscuro. El pastor se ajusta las gafas y suspira. Se cruza de brazos. Nunca le había visto tan deprimido. Quiero hablar pero no se que decir.
¿Qué se dice en un momento como éste?

Oro por mi pastor. Por Chris, por la hermana Noemí y por su prima Lexy. Todos deben estar preocupados.

—Lo siento mucho. — logro decir al pastor. Él me da una palmada en el hombro y sonríe sin mostrar sus dientes. Tras sus gafas se notan unas profundas ojeras.

— Sé pondrá bien. Dios está con él — responde. No me atrevo a preguntar qué ha pasado. Hasta donde sé intentaron robarle.
Sin embargo nuestra ciudad es muy segura y todo fue demasiado violento.

— Sam, Chris pregunta por ti — y levanto la vista. La Hna. Noemí me observa con una sonrisa. Sus ojos claros están rojos y su cabello rubio está sujeto en una cola deshecha.

—¿Dónde está? —pregunto.

—Habitación 123 — responde señalando una puerta a su izquierda. Me levanto.

— Yo... ¿Pastor no quiere ir usted?

—Entraré más tarde. Ve tú, hijo — responde y trata de sonreír. Su esposa se sienta a su lado y entrelaza sus dedos.

Improbable © (SGL3) [Cristiana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora