Sam no soporta a Sharon. Para él, ella es la personificación de la arrogancia, la chica perfecta que siempre consigue lo que quiere , la definición misma de "realeza". Pero todo cambia cuando, en un momento impulsivo, Sam decide iniciar una guerra d...
vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad,
Romanos 2:7
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Sharon
Me encontraba frente a la librería más grande de la provincia.
Disponía de poco tiempo ya que en menos de media hora era preciso que estuviese en la iglesia. Tras unos segundos frente al escaparate decidí adentrarme en elmundodeloslibros.
—Raro tanta inseguridad en ti
Me giré con lentitud. Me acerqué a él, los tacones sonaron.
—Un placer saludarte Christian. Dios te bendiga.
El rubio me miró con una ceja alzada.
—Creo que nunca me acostumbraré a que me llames por el nombre completo.
—No era inseguridad—aclaré refiriéndose al primer comentario.
—¿Entonces?
—No sabía si entrar puesto que no quería llegar tarde a la oración que habíamos concertado
—Aún quedan cincuenta minutos y la iglesia está a cinco minutos. Siempre eres desquiciada con la puntualidad
— y tú tienes la tendencia a llegar fuera de la hora a todos sitios
El chico se encogió de hombros caminando hacia la dependienta.
Decidí hojear un par de libros por si encuentraba el ejemplar que estaba buscando. Christian pregunta algo a la dependienta sobre un libro de arte, la señorita le observaba totalmente roja. Es una reacción comprensible pues es muy apuesto. Podría comparar su belleza con algún personaje de la mitología griega sin que por ello llegue a interesarme.
Al dejar de mirar la particular escena me percaté del extraño comportamiento de la muchacha que tenía frente a mí. Observaba las portadas de varios libros sin prestarles demasiada atención. Lo primero destacable era su vestimenta. Llevaba unas zapatillas negras y una sudadera del mismo tono con capucha. La joven parecía observar todo con detenimiento. No llegaba a observar su rostro por completo.
La chica caminó entre varias secciones de libros.Fingí leer un gran tomo de una saga mientras caminaba. Su comportamiento era anormal. Cogió un libro y lo volvió a dejar sin cuidado. De repente agarró una estantería y la tiró con fuerza. Los libros se esparcieron por el suelo. Se detuvo unos segundos y cruzó una mirada con la dependienta.
—¡Eh! —gritó fuera de sí intentando salir de la caja para alcanzarla. La encapuchada corrió saliendo del lugar.
Los clientes se quedamos atónitos mirando la escena sin saber cómo reaccionar. Ninguno se movió.